Carmageddon: el videojuego que rebasó todos los límites de la moralidad
Durante la década de 1990, fuimos testigos de los cambios culturales que estaba sufriendo el mundo. En la radio, sonaban grupos grunge como Pearl Jam, Nirvana o Alice in Chains, se daba por finalizada la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS y Nelson Mandela se convertía en el primer presidente negro de Sudáfrica. Este periodo también destacó por un renacimiento de creatividad y libertad artística, especialmente en el ámbito de los videojuegos, que comenzaron a explorar los límites de lo aceptable ante una sociedad que aún no estaba preparada para ciertas cosas. Quizá fuimos la última generación que esquivó lo "políticamente correcto", y que, pese a que hemos mejorado en muchas cosas que han quedado atrás, artísticamente éramos completamente libres de disfrutar o de crear cosas absolutamente impensables hoy en día. El entretenimiento y la cultura no se regían por las directrices de la censura, y tanto en el cine, literatura y los videojuegos vivieron la edad dorada más famosa de su historia. Muchos fueron los productos del ocio electrónico que nacieron por aquellas fechas, los cuales rebasaron unas líneas que hicieron saltar todas las alarmas de los sectores más conservadores, de la Iglesia y de las asociaciones de padres. Entre ellos destacaron títulos como: "Mortal Kombat" (1992), que ya había abierto debates sobre la influencia negativa de los videojuegos en la juventud, con sus gráficos explícitos, en especial los ya famosos "Fatalities", donde podías asesinar a tu rival de la manera más sádica posible, incluyendo desmembramientos, decapitaciones o extracciones de órganos. Era de esperar que esto horrorizó a padres, madres y activistas católicos. Al igual que "Doom" (1993), con su representación violenta del slayer matademonios, también fue acusado de mala influencia, intentando posteriormente su prohibición, cosa que afortunadamente no sucedió. Y, por supuesto, las rancias y eróticas aventuras de "Leisure Suit Larry" (1987). Pero hoy vamos a centrarnos en otro título, que fue uno de los títulos más polémicos y recordados de finales de siglo, éste no es otro que "Carmageddon" (1997).
La historia del videojuego comienza con sus dos creadores: Patrick Buckland y Neil Barnden, quienes fundaron en Reino Unido la empresa Stainless Software en 1994, actualmente conocida como Stainless Games. Su intención inicial era simple: crear un juego de carreras y destrucción. Sin embargo, lo que surgió de esa idea básica fue algo mucho más significativo. Al principio, el equipo trató de obtener la licencia de "Mad Max" (1979), con la esperanza de trasladar a videojuego su mundo distópico y los combates de coches de la película de George Miller y protagonizada por Mel Gibson. Finalmente, no llegaron a un acuerdo por los derechos, por lo que cambiaron de táctica, intentándolo con otro clásico del genero: "Death Race 2000" (1975) ("La carrera de la muerte del año 2000" en España), dirigida por Paul Bartel, con David Carradine, Simone Griffeth y Sylvester Stallone en el reparto. Pero, una vez más, se encontraron con puertas cerradas. Ante estos fracasos, tomaron la inteligente decisión de crear algo completamente original: así nació Carmageddon.
En este juego fue lanzado para MS-DOS y Windows. En él, podíamos manejar a dos personajes: Max Damage y Die Anna, que se pondrán al volante de sus coches en un mundo postapocalíptico, en el que sembrarán el caos a través de sus diferentes mapas y niveles. En ellos, debemos ganar las carreras de bólidos, pero con la particularidad de que nosotros decidimos cómo obtener la victoria, mediante los medios que más nos gusten. Puedes realizar las vueltas correspondientes al circuito de manera legal, o bien, destruir los coches de los rivales a base de choques y todo tipo de armamento que conseguiremos a medida que avanzamos por la pista. Pero había una tercera vía, la más polémica y controvertida, pero también la que más nos gustaba: podías salir ganador de la competición si atropellabas a todos los peatones que caminaban tranquilamente por la calle, (animales incluidos), los cuales, además, también te reportaban puntos con los que hacer reparaciones del vehículo y mejoras para hacerlo más mortífero.
Por supuesto, la censura no tardó en aparecer, y la prensa británica se hizo eco haciendo gala de su sensacionalismo habitual, cuando publicaron un titular al más puro estilo clickbait actual, que afirmaba con letras grandes que "el Papa quería que el juego fuera prohibido". Cuando llegabas al cuerpo de la noticia, podías leer, en letras mucho más pequeñas, que en realidad se trataba de un diputado llamado Greg Pope, (el apellido es igual que Papa en inglés). Un ridículo absoluto que, como suele ser habitual, hubo mucha gente que se quedó únicamente con el mensaje destacado, creyendo durante un tiempo que el Papa había intervenido en la censura del videojuego.
La polémica fue tal, que cuando Carmageddon fue enviado a la Agencia Británica de Clasificación para su evaluación obligatoria, los miembros decidieron no catalogarlo debido a su contenido ultraviolento. Esta decisión impedía su distribución. Pero en Stainless Software no se dieron por vencidos, y llevaron el caso al Tribunal Supremo. Contra todo pronóstico, consiguieron ganar el caso, aunque con una serie de condiciones, como sustituir a las personas humanas que eran asesinadas por zombies con sangre verde en su versión británica y robots en la alemana. Aún así, en un numero significativo de países, el juego fue prohibido.
Pero ya sabemos que no hay publicidad mala, y que el resultado de provocar todas estas controversias, debates e intentos de cancelación, suele generar el efecto contrario. Aunque salió a la venta en su versión censurada, el juego fue un éxito total, arrasando en ventas. Pero Stainless Software, en un alarde brillante de ingenio, crearon un parche oficial que podías descargar de Internet llamado "Blood Patch", que restablecía a los personajes humanos y su sangre roja, pudiendo burlar la censura que se les había aplicado. Por supuesto, las descargas fueron masivas, y todo el mundo pudo disfrutar del auténtico espíritu del videojuego. En noviembre del mismo año, también se lanzó una expansión llamada "Splat Pack", que añadía más niveles y coches. Más adelante, también verían la luz sus secuelas y estarían disponibles para videoconsolas como: Nintendo 64, PlayStation o Game Boy Color.
Si echamos la mirada atrás y analizamos el contenido del juego, probablemente veamos todo como una exageración, ya que si los comparamos con otros títulos como la saga "Grand Theft Auto" (que también comenzó a finales de 1997), "Manhunt" (2003) o "Bully" (2006), entre otros muchos, serían de los más suaves que podíamos ver. Pero todos ellos y los que vinieron después, son el resultado de una evolución progresiva del mundo del videojuego, cuando comenzaban a ser vistos no solo como entretenimiento para niños, sino que el público adulto también podía disfrutar de ellos, con un catálogo que se ajustase a su edad, al igual que ocurre con el cine o la literatura. Este título fue otro de los primeros en demostrar que los videojuegos podían ser una forma de expresión que no necesariamente debía conformarse con las normas restrictivas y censoras de lo "políticamente correcto".
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