Doom: La leyenda de los videojuegos cumple 30 años pegando tiros

Hace treinta años, concretamente un 10 de diciembre de 1993, el mundo de los videojuegos experimentó una revolución que cambiaría la industria para siempre. Ese año, un pequeño estudio llamado id Software, liderado por John Carmack y John Romero, lanzó al mercado un juego que se convertiría en un fenómeno: Doom.

Lo que hizo que el juego fuera tan especial fue su enfoque en la acción frenética y la violencia pixelada en primera persona. Era una experiencia completamente nueva para los jugadores de la época, que estaban acostumbrados a juegos más lentos y estratégicos. La velocidad y la intensidad eran asombrosas, y los gamers de la época se encontraban inmersos en un mundo de pesadillas lleno de demonios y criaturas infernales que nos atacaban por absolutamente todos los puntos de la pantalla.

Pero lo que realmente hizo que Doom destacara, fue su innovador motor gráfico. John Carmack había desarrollado un engine que permitía renderizar entornos en 3D a partir de sprites 2D, lo que creaba una ilusión de profundidad y realismo sorprendente para la época. Esta tecnología permitió que el juego funcionara en ordenadores personales relativamente modestos que dispusieran del sistema operativo DOS, lo que lo hizo accesible para una amplia audiencia.

El éxito no se limitó a su jugabilidad y tecnología innovadora, sino que el juego también fue pionero en la comunidad de modding. Los jugadores comenzaron a crear sus propios niveles y modificaciones para el juego, lo que extendió su vida útil y fomentó una comunidad de fans apasionados. Este fenómeno sentó las bases para la idea de que los videojuegos podían ser una plataforma para la creatividad de los jugadores.

A medida que el videojuego se convirtió en un éxito comercial y cultural, su influencia se hizo evidente en otros juegos y medios de entretenimiento. Inspiró una serie de imitadores y contribuyó al surgimiento del género de los shooters en primera persona. Juegos como: Quake, Half-Life con su mod, Counter-Strike y Duke Nukem 3D siguieron la estela de Doom y lo llevaron a nuevas alturas.

El legado de "Doom" perdura hasta el día de hoy. A lo largo de los años, ha habido múltiples secuelas y reinicios, manteniendo viva la franquicia. En 2016, un remake llegó a las consolas y PC así como su continuación, Doom Eternal en 2020, capturando la esencia del original mientras lo llevaba a una nueva generación de jugadores. La música icónica de Bobby Prince, los niveles laberínticos y la acción desenfrenada aún evocan nostalgia en los corazones de los fans de toda la vida.

En el año 2005, se estrenó la infame película basada en el videojuego, protagonizada por Karl Urban y Dwayne Johnson. Un producto infumable, pero con una interesante secuencia en primera persona que simulaba muy bien el espíritu del juego. A pesar de ello, comparto la crítica que escribió Richard Jinman para el Sydney Morning Herald: "Me pasé toda la película esperando que saliese el mensaje de 'Game Over', pero me quedé con las ganas". A su vez, el mundo de la música y sobretodo en el género heavy metal, muchos se han declarado fans del cazademonios, ya que su banda sonora estaba claramente inspirada en grupos como Megadeth, Black Sabbath o Slayer, entre otros.

En resumen, Doom no solo fue un juego revolucionario en términos de tecnología y jugabilidad, sino que también dejó una marca en la historia de los videojuegos y la cultura popular en general. Su legado es un recordatorio constante de una época en la que el entretenimiento digital estaba todavía en pañales a nivel doméstico, cuando había que sacar tiempo llegando a alguna clase tarde, o haciendo la Doom Dance aquellos fines de semana lluviosos de invierno con un sandwich de Nocilla.