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Cómo Matrix se convirtió en el espejo distópico de nuestra sociedad actual

Cómo Matrix se convirtió en el espejo distópico de nuestra sociedad actual [GenB]

Recuerdo cuando acudí con mis padres al cine de mi barrio a ver Matrix, allá por el año 1999. Parece mentira los años que han pasado desde entonces. veinticinco años son muchos, desde luego. Me vienen a la mente recuerdos muy nítidos sobre la primera sensación que me generó aquella extraña y oscura película, que nos mostraba un mundo en el que las máquinas habían adoptado el control sobre los seres humanos, donde nuestra especie se había convertido en el combustible que los nutría para sus intereses. Granjas de humanos, conectados a cables, con las cabezas rapadas y viviendo en un sueño ficticio que resultaban ser sus vidas dentro de un sistema digital elaborado para evitar que descubrieran la realidad. Esas imágenes se quedaron clavadas en mi retina a fuego. Las personas vivían sus vidas con los correspondientes problemas, tenían sus trabajos, madrugaban. Encima de sorber tu energía, te transportaban a un escenario en el que, pese a sentirte libre, seguías siendo igual o más esclavo del sistema, que seguía chupándote la sangre tanto dentro como fuera.

Es curioso que esa alegoría acabase siendo un reflejo fidedigno de nuestra sociedad, cada vez más agotada de un capitalismo extremo que me hace rememorar una y otra vez aquel filme, cuyo mensaje cada vez veo más cercano. Platón en "el mito de la caverna" lo sabía hace más de dos mil años, y los hermanos Wachowski (actualmente hermanas Wachowski), lo plasmaron a las mil maravillas en la pantalla. Un mundo distópico dentro de otro mundo distópico, algo así como lo que decía Isabel Díaz Ayuso con que "Madrid es España dentro de España", pero sin ser una completa gilipollez, como es esto último.

Salgo a la calle y observo que la tecnología ha ganado la partida, gente enganchada constantemente a pantallas de teléfonos móviles, con la mirada fijada únicamente en sus terminales, siendo succionadas sus energías, sus fobias, sus pasiones y sus autoestimas a la venta al mejor postor en las redes sociales. Niños que dejaron de jugar en la calle, llegando, como hacía yo y mis amigos, con las rodillas ensangrentadas y los pantalones rotos de jugar en el parque, entrando de puntillas intentando ocultar las pruebas para que no se enterase mi madre. Solo veo a pandillas de chavales viendo TikTok o subiendo vídeos a Instagram, sin mirarse, sin interactuar entre ellos, regalándose likes o poniendo comentarios al que tienen justo al lado. Terrazas de bares con parejas sin hablarse entre ellos, chateado con personas que no están presentes en lugar de disfrutar de la compañía que tienen en ese momento. Luego se despiden y hablan, pero por WhatsApp; todo realmente absurdo.

Nos acercamos peligrosamente al escenario que nos planteaba aquella película que me perturbó hace ya un cuarto de siglo, sin prácticamente darnos cuenta de las señales de advertencia. Hemos aceptado que somos más máquinas que las propias máquinas. Una obsesión insana que nos aleja de nuestra humanidad y nos acerca una interconexión a nivel mundial. Morfeo nos mostró en sus manos una pastilla roja y otra azul. Parece que tristemente, no cogimos la roja. En la era de la mayor comunicación de nuestra historia, nos sentimos más solos que nunca.

 

DaviOne
DaviOne

24 de enero 2024

1 comentario:

  1. Vivo en un lugar bastante aislado, en el norte del pais. Pero era de la capi y trabajo para la capi en una emprrsa tecnologica , esto me permite tener un pie en la matrix y el otro fuera, ver a los automatas e interactuar con personas que no.tienen ni moviles. Nada de esto ha sido forltuito. Armas silenciosas para una guerra tranquila

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