Plataformas de streaming: un abismo de indecisión y opciones sin fin

En la era digital, las plataformas de streaming se han convertido en el medio de entretenimiento habitual para la inmensa mayoría de personas. Con la promesa de acceso ilimitado a películas y series de televisión, estas plataformas han revolucionado la forma en que consumimos contenido audiovisual. Sin embargo, detrás de esta aparente maravilla de la tecnología, se esconde un problema que afecta a muchos de nosotros: la incapacidad de decisión a la hora de elegir qué ver, todo a causa de la abrumadora cantidad de opciones disponibles.

La proliferación de estas plataformas ha llevado a una sobreabundancia de contenido. Los gigantes como: Netflix, Amazon Prime Video, Disney+, HBO Max y otros mucho muchos, representan la apertura del mercado digital que no deja de aumentar cada año, bombardeándonos con nuevos productos de consumo masivo pero en muchas ocasiones de escasa calidad, priorizando la cantidad frente a la calidad. Los consumidores nos enfrentamos a una interminable biblioteca virtual de películas y series. En teoría, una ventana abierta a la variedad, pero en la práctica, se ha convertido en una maldición. La parálisis de decisión se ha apoderado de nosotros, y a menudo pasamos más tiempo desplazándonos por las interminables listas de contenido que viendo algo en realidad.

La elección de lo que ver se ha vuelto una tarea colosal. Atrás quedaron los días en que encendíamos la televisión y simplemente veíamos la película de turno, comiéndote la publicidad (no todo era bueno), y comentándola con todos los vecinos del barrio al día siguiente, que la habían visto al igual que tú. Ahora, estamos saturados con miles de opciones, y elegir una película o serie se ha convertido en un acto de navegación sin fin a la que nos vemos abocados cada vez que accedemos a nuestras plataformas sin algo claro en mente.

El algoritmo de recomendación, que supuestamente está diseñado para ayudarnos a encontrar contenido de nuestro interés, a menudo nos atrapa en una burbuja de preferencias pasadas. En lugar de expandir nuestros horizontes y descubrir nuevos géneros, nos mantiene en un bucle infinito de repetición. Esto puede llevar a la pérdida de la diversidad y la originalidad en nuestra experiencia de entretenimiento. Afortunadamente, creo que pocos somos los que le hacemos caso. En los tiempos de videoclub, este algoritmo era el propio dependiente del establecimiento, quien te asesoraba y, en ocasiones, te encasquetaba el bodrio de turno, imponiendo su autoridad y llevándotela sin rechistar. Problema solucionado.

Además, las plataformas de streaming a menudo eliminan o rotan su contenido, lo que significa que esa película o serie que querías ver podría desaparecer antes de que tengas la oportunidad de disfrutarla. La sensación de urgencia y la presión constante de ver todo lo que te gustaría antes de que se retire de la plataforma o lo vean otras personas antes que tú, revelándote su contenido, se convierten en un juego agotador. La presión de elegir algo que sea "lo suficientemente intersante" se ha convertido en una carga emocional. Esto añadido a la cultura de la inmediatez en la que nos encontramos, nos genera ansiedad social por no quedarnos atrás en los visionados de las series de moda, olvidando en hecho de disfrutar de tu contenido favorito para engullirlo como auténticos depredadores, sin saborear ni darnos tiempo a digerir correctamente para formarnos una opinión de lo que acabamos de ver, porque en seguida tenemos que darnos otro banquete que se tornará de la misma manera.

No podemos ignorar el hecho de que estas plataformas están diseñadas para mantenernos pegados a nuestras pantallas, y la parálisis de decisión es un subproducto conveniente. Cuanto más tiempo invirtamos buscando algo para ver, más tiempo pasaremos en la plataforma y, en última instancia, más dinero gastaremos en suscripciones mensuales, que después de todo, ganar más dinero es el fin de toda empresa en este mundo en el que el capital es el que manda.

Pese a la comodidad que nos proporcionan estos lugares digitales y la libertad de ver una película o serie en cualquier parte del mundo de forma instantánea, creo que nos están haciendo perder la perspectiva, y cada vez somos más los que accedemos para ver un contenido concreto y no a buscar una posible opción. La saturación y el exceso, hace que nuestros cerebros no se decidan y acaben abandonando sin ver nada, o eligiendo algo que muchas veces quitamos a la mitad por lo inaguantables que son. 

Las plataformas de streaming, a pesar de su aparente abundancia de opciones, nos han dejado en un estado de indecisión perpetua. Elegir qué ver se ha convertido en un trabajo de desgaste y, a menudo, nos impide disfrutar verdaderamente de lo que estas plataformas tienen para ofrecer. La promesa de acceso ilimitado e instantáneo a contenido se ha convertido en una condena de indecisión, y creo que es hora de repensar cómo consumimos entretenimiento en la era digital.

DaviOne

30 de octubre 2023