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Cuando el viento sopla: El eco silencioso de la Guerra Fría

Cuando el viento sopla

En medio de la atmósfera tensa de la Guerra Fría, surgieron numerosas obras de arte que reflejaron el temor y la incertidumbre que dominaban la psique mundial. Entre ellas, destaca una joya animada que ha perdurado en el tiempo como un testimonio conmovedor de esos días oscuros. En esta película de animación británica, dirigida por Jimmy T. Murakami, estrenada en 1986 y basada en el cómic de Raymond Briggs,  quien se inspiró en gran parte en la experiencia de sus propios padres durante la Segunda Guerra Mundial, creó una historia estremecedora, emotiva y profundamente reflexiva que merece ser recordada.

La Guerra Fría, ese período prolongado de tensiones políticas y militares entre Estados Unidos y la Unión Soviética, (bloque capitalista y bloque comunista, respectivamente), dejó una huella imborrable en la historia del siglo XX. La amenaza constante de un conflicto nuclear y el temor a la destrucción total, acechaban en el fondo de la mente de toda la población mundial. Es ese miedo lo que llevó a muchos artistas a desarrollar obras como concienciación del peligro que conlleva el uso de armas nucleares y productos radiactivos, unos elementos que los humanos, por su propia condición, no estábamos ni quizá estemos nunca preparados para poseer y manejar. Al igual que nos mostró Robert Wise con Ultimátum a la Tierra (1951), contándonos cómo Klaatu, un extraterrestre llegado a nuestro mundo para advertirnos de los peligros de las armas nucleares, e imponiendo una prohibición de su uso debido a los serios daños que se harán al planeta, sería un claro ejemplo.

Cuando el viento sopla

El filme se sitúa en este contexto, siguiendo la vida de Jim y Hilda Bloggs, con las voces de John Mills y Peggy Ashcroft en su version original. Éstos son una pareja de ancianos que se enfrenta a la posibilidad de un ataque nuclear en la Inglaterra rural de la década de 1980. Debido a la alerta mundial y llevado por el miedo a una bomba, Jim decide construir un refugio en su casa siguiendo las instrucciones de un folleto del gobierno, que seguirá a rajatabla hasta finalizarlo. Una vez ocurre lo peor, es cuando empieza el poder y la crudeza de la narración, tan perfectamente trazada como irremediablemente triste. Un viaje emocional y de obligado visionado, en el que la pareja intenta sobrevivir en un mundo desolado y el caos reinante. A medida que se enfrentan a la falta de comida y agua, los efectos devastadores de la radiación y la soledad abrumadora, su amor y compromiso mutuo se vuelve aún más conmovedor e imprescindible. La película explora cómo el vínculo entre ellos se fortalece en medio de la adversidad, ofreciendo una poderosa representación de la resistencia humana.

La elección de la animación como medio para contar esta historia es especialmente notable. A primera vista, la película presenta personajes y escenarios simples y caricaturescos, lo que contrasta fuertemente con la gravedad de la trama. Sin embargo, esta aparente sencillez es parte de su genialidad.

La técnica de animación utilizada es una combinación de animación tradicional, stop-motion y superposición con imágenes reales, lo que le confiere un aspecto artesanal que la hace única. Los personajes, con sus rasgos distintivos y expresiones, cobran vida de una manera que trasciende las limitaciones del dibujo animado convencional. Esto permite que conectemos profundamente con los personajes, sintiendo su humanidad en cada trazo y gesto.

El contraste entre la aparente ingenuidad visual y su oscura temática, incluyendo la representación silenciosa y desgarradora de una bomba nuclear. La película logra transmitir la incomprensión y el asombro ante la magnitud del desastre de una manera única y escalofriante.

Cuando el viento sopla

Cuando el viento sopla es una obra imperecedera, potente, un dardo directo al corazón que te dejará un regusto agridulce, pero sabiendo que acabas de asistir a un espectáculo tan cruelmente real como la calidad y belleza visual que rebosa por todos sus poros. La perspectiva de unos ancianos de mentalidad positiva, que se ven arrastrados al inevitable final cuando cae sobre ellos el fantasma invisible de la radiación que tantas vidas se ha cobrado, y que, a día de hoy, sigue cobrándose. Una reflexión sobre quienes gobiernan el mundo y cómo el resto sólo somos títeres en sus manos y sufridores de sus acciones. Pero también nos enseña a valorar las cosas simples que a menudo no valoramos en tiempos de paz o cuando todavía las poseemos. El miedo se convierte en aceptación y observaremos la evolución psicológica hasta el trágico momento del final de sus vidas, que igual que la vivieron, la terminarán juntos. En su emotiva lucha por la supervivencia, y nos recuerda que el amor y la humanidad pueden brillar incluso en la oscuridad más profunda.


DaviOne
DaviOne

18 de septiembre 2023

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