Antz y el espíritu de la colonia
En el año 1998, los cines de todo el mundo fueron testigos de una revolución en la animación cinematográfica con el lanzamiento de Antz (Hormigaz en España). Dirigida por Eric Darnell y Tim Johnson, esta película se destacó no solo por su compleja trama, sino también por las técnicas de animación innovadoras que la hicieron posible.
El estudio detrás de este film fue DreamWorks Animation, quienes habían dado pistoletazo de salida a una trayectoria excelente en el mundo de la animación. Encontramos títulos destacables como: El príncipe de Egipto, del mismo año, Wallace & Gromit: La maldición de las verduras (2005), película nacida de la serie británica del mismo nombre y creada por el siempre espléndido Nick Park, sin olvidar la saga de Shrek (2001), o La ruta hacia el Dorado (2000), por mencionar algunas.
Antz se adelantó a su tiempo al ser una de las primeras películas en utilizar ampliamente la animación por ordenador, lo que permitió crear mundos detallados y personajes expresivos de una manera antes inimaginable.
Una de las técnicas revolucionarias que se emplearon fue la tecnología de multirresolución. Esto permitía representar a las hormigas en primer plano con un alto nivel de detalle, mostrando cada uno de sus rasgos distintivos, y disminuir la resolución a medida que se alejaban de la cámara. El resultado fue una apariencia natural y eficiente que añadió profundidad visual a la película.
La película en sí narra la historia de Z, una hormiga obrera que anhela más que la monotonía de su colonia. Su búsqueda de individualidad lo lleva a escapar del hormiguero, que está gobernado por una Reina y un General militar con claros aires de grandeza y prácticas tiránicas para hacer un constante abuso de poder sobre las clases bajas. A lo largo de su viaje, Z descubre un nuevo mundo, el que pensaba que deseaba, aunque durante su viaje descubrirá una importante lección.
El contenido político de la película y ambigüedad
El espíritu de la colonia
Permitidme que comience haciendo mención en el título de este artículo al Espíritu de la colmena, adaptándolo al mundo de los himenópteros y homenajeando la película de Víctor Erice, director de El Sur (1983), entre otras maravillas. Hoy, al igual que hizo Erice en su día, cojo prestado las palabras del poeta belga Maurice Maeterlinck, en su obra de ensayo: La vida de las abejas (La vie des abeilles), para hacer un desarrollo de los tropos sociales que tiene Antz.
Todo comienza con un plano de descenso hasta el hormiguero donde vemos a Z, nuestra hormiga protagonista realizando terapia. Aquí comenzamos a conocer sus traumas y su desasosiego por formar parte de una gran corporación, donde el individuo por sí mismo no representa nada, ya que el colectivo es lo único tan relevante como para contar con importancia. Z, comenta que pensar en todo aquello le hace sentir insignificante. El psicólogo le felicita, indicando que ha mejorado mucho al descubrir que, efectivamente, lo acaba de entender.
Dentro del hormiguero impera una jerarquía muy marcada, empezando por la figura más importante, que es la reina (voz de Anne Bancroft), quien, pese a ser el cargo más alto de la colonia, acata todas las decisiones de Mandible (voz de Gene Hackman), el auténtico mandatario encubierto del lugar, que seguirá un modelo de dictadura clásica en todo momento, junto a su fiel ayudante Coronel Cutter (voz de Christopher Walken). Por último estaría la princesa Bala, que es a su vez la prometida de Mandible por imposición y para rematar su siniestro plan, del que hablaremos más tarde.
Por debajo encontramos a la patronal, el ejército y finalmente, los obreros.
A primera vista, observamos el elevado ajetreo que se vive en el hormiguero, pero con un orden estético en todos los movimientos de sus miembros, casi con una disciplina militar en el desempeño de sus tareas. Al igual que ocurren en otros relatos de ficción sobre el totalitarismo, como 1984 de George Orwell, observamos mensajes de imposición a la población. Si en 1984 era propaganda producida por el Gran Hermano, aquel superorganismo (también mencionado en Antz), que te vigilaba constantemente y te decía cómo tenías que pensar, actuar e incluso soñar, en esta ocasión, también son muy visibles los mensajes como "Free time is for training", que en castellano sería "El tiempo libre es para entrenar", muy similares a los mensajes en la Alemania nazi que rezaban "el trabajo os hará libres" en las entradas de los campos de concentración, y que incluye también un componente muy neoliberal del famoso "amor al trabajo", o los odiosos mensajes motivacionales del estilo "trabaja 8 horas, duerme 8 horas, juega 8 horas" que tan de moda se pusieron en la década de los 80 y 90. También guarda similitud con They Live (1988) Están Vivos en España, del grandioso y siempre sobresaliente director John Carpenter, en el que nos mostraba una sociedad oculta de extraterrestres invasores, que nos metían las mismas ideas en la cabeza mediante mensajes subliminales en todas partes.
La alineación
Después de un duro día de trabajo, encontramos a nuestro protagonista en la cantina junto a su mejor amigo, Weaver (voz de Sylvester Stallone). Allí dialogan, beben y se sinceran. Z insiste en que debe de haber un lugar mejor, a lo que un anciano en estado etílico al lado de la barra que está escuchando la conversación, le informa de que lo hay, y su nombre es Insectopía. Allí hay comida en abundancia, cada persona decide quién quiere ser y es el único lugar donde hay libertad. Vamos, como el Madrid de Ayuso. Supongo que tampoco te encuentras allí con tu ex.
Tomando Weaver al señor por loco, a Z le fascina lo que acaba de escuchar y se toma unos minutos de reflexión. De pronto, una música suena y acuden todos menos él a la pista de baile. La danza es claramente monótona y repetitiva, siguiendo unos patrones concretos y estáticos. Esto hace referencia al totalitarismo, donde se imponen unas normas que hay que cumplir, y donde salirse del tiesto por pensar por uno mismo, es motivo de castigo.
La princesa Bala, que se ha escapado de palacio con sus amigas, llega a la cantina, donde conoce a Z y comienzan a bailar de manera desordenada, improvisada y rítmica, (haciendo guiños al baile de Uma Thurman y John Travolta en Pulp Fiction), lo que desatará una pelea a causa de un choque fortuito de Z con un soldado, en la que recibe un puñetazo.
En esta ocasión observamos todo lo contrario, una revelación contra el poder y la autoridad en toda regla, que curiosamente, la escena termina con una agresión física al desfavorecido como castigo.
Quiero tu vida
Los obreros son el peldaño más bajo de la pirámide social, los que tienen el trabajo más duro y los que realmente construyen aquella faraónica edificación que es el hormiguero. Pero son los que peores condiciones tienen, los que más trabajan y los que menos reconocimiento por ello obtienen. Sienten la injusticia con respecto al siguiente escalón social, que sería el ejército, pero nadie lo menciona, ya que lo que te ha tocado es lo que te mereces.
Z se enamora de Bala aquella noche, donde también descubre que es
la princesa. Él, como obrero, no tiene derecho a reunirse con ella, ya
que su condición social se lo impide. Es por eso que acude a Weaver para que
le ceda su puesto de soldado, ya que habrá una recepción oficial al día
siguiente donde acudirá la realeza. A duras penas su amigo acepta, y Z se presenta en el desfile
con su "nuevo cargo". Lejos de conseguir hablar con ella, conoce en la
formación a Barbatus (voz de Danny Glover), un veterano militar que no cree en las ideas de Mandible y proyecta la constante impresión de que ha perdido la fe en la causa.
Al igual que ocurrió en la película Metrópolis (1927) de Fritz Lang, un icono del expresionismo alemán, los personajes también permutan estamentos cuando Freder se intercambia por un obrero, perdiendo su privilegio de aristócrata y dejando una frase para el recuerdo: "Vamos a intercambiar nuestras vidas, Georgi. Tú tomarás la mía y yo la tuya. Yo ocuparé tu lugar ante la máquina, tú saldrás tranquilamente con mis ropas”. Esta comparativa no es casual, ya que claramente bebe de una gran influencia de la obra de Lang. No olvidemos que Metrópolis también tiene ciertas similitudes con Antz, ya que su contexto político también es motivo de debate a día de hoy, casi cien años después.
El motivo para enviar a estos soldados a la guerra en un viaje solo de ida, forma parte del plan de Mandible, que consiste en eliminar a la clase trabajadora; la sociedad débil, y así crear una nueva élite, solo compuesta por "hormigas superiores" y soldados únicamente fieles al nuevo poder. Para ello, necesitará eliminar a las brigadas leales a la reina en una batalla suicida contra las termitas, alegando que la tregua está acabada y tienen intención de atacar. La mentira y la manipulación, así como el evidente clasismo, es otro indicativo de la identidad ideológica del personaje Posee una gran similitud con el nazismo en la expresividad en los discursos o la semejanza del plan de Mandible con la histórica solución final propuesta por Adolf Hitler en su genocidio al pueblo judío.
Al resto de la comunidad los ahogaría en la ambiciosa construcción que se les había encomendado: El Megatúnel. De este modo habría un resurgir de una nueva sociedad con las hormigas más poderosas física y mentalmente, para seguir desarrollándose en un entorno de raza única y sin posibilidad de mestizaje mediante las inferiores. Sí, éste es triste el concepto de la raza aria.
¡A la guerra!
Acudiendo a la ridícula misión de luchar contra insectos mucho más grandes que ellos y que lanzan ácido, todos se encaminan hacia su fatídico destino con una formación militar también inspirada en el Tercer Reich, de esta forma nos ilumina con más pistas de la clara intención de hacer una comparativa con el nazismo.
Finalmente la batalla da comienzo, y se desata un espectáculo de violencia entre ambas especies que habían convivido sin problema durante tanto tiempo.
El plano final de este enfrentamiento es desolador, todos han muerto en este despropósito perpetrado por el que está a salvo cómodamente en su colonia. Un empate técnico que no hace más que demostrar que siempre el vencido y el asesinado de todas las guerras es el soldado que se creyó la mentira de la patria, mientras que los líderes que nos llevan a ellas, son los que reposan plácidamente en sus casas, entre caviar y buen vino.
La muerte de Barbatus que lo cambiará todo
Barbatus ahora es sólo una cabeza amputada, aún con vida, que puede dedicarle su último aliento al amigo que acaba de conocer. Una emotiva secuencia en la que vemos a Z mintiendo a su compañero, diciéndole que todo irá bien, aún sabiendo la cruel evidencia.
Antes de fallecer, en un tono paternal, le da el mejor consejo que podría recibir: "no cometas el mismo error que yo, no obedezcas órdenes toda tu vida. Piensa por ti mismo". Esto marcará la vida de Z para siempre.
Un nuevo héroe
Contra todo pronóstico y lejos de los planes de Mandible, un soldado consigue regresar a casa, pero no es un soldado. Todo el mundo está desolado, Weaver siente una culpabilidad total, al ser responsable del cambio de puesto. Azteca, compañera en la cantera y actual pareja del soldado, (voz de Jennifer Lopez) y amiga íntima de Z, intenta animarlo.
Todo el mundo siente miedo e incertidumbre en la colonia, pero de repente, corre el rumor de que uno ha conseguido regresar. Pronto verán que esa hormiga no es otro que Z. Mandible, claramente decepcionado por ello, tiene que realizar la irremediable pantomima de la recepción oficial y el homenaje en público con el resto de insectos, que lo aclamarán, ya que será considerado el héroe necesario, convirtiéndose en el líder por casualidad, que guiará a la postre una revolución contra el statu quo establecido
Más tarde, acuden a palacio, donde les recibe la reina junto a la princesa; el ansiado encuentro de Z. Después de unos halagos por su hazaña, Bala reconoce a Z, desvelando que es el obrero que conoció en un bar. Todo el mundo se pone muy nervioso, preguntándose cómo ha llegado a ocupar el sitio que no le corresponde. Es más, cómo ha llegado a ser el único superviviente de la cruenta batalla. Ante la amenaza de una muerte segura, Z rapta a Bala, que acabarán cayendo por el túnel de la basura hasta el exterior.
Allí, tras ser perseguidos por la guardia real, hace aparición la sensacional escena de la lupa, que, haciendo homenaje al cine de ciencia ficción de los años 50 con encuentros extraterrestres, fulmina a la gendarmería, dejando a los dos protagonistas libres. Ella quiere volver, ya que no quiere ni le interesa perder su estatus, pero Z no está por la labor. Después de una discusión y exponer los motivos que le llevan a lanzarse a esa aventura, ella decide acompañar al obrero en su viaje en busca de Insectopía.
En ese momento y sin ser consciente de ello, Z se estará convirtiendo en la cara e icono de la revolución.
La utopía frente a la distopía
Llegados por fin a la tierra prometida, (la tierra roja y blanca, como que le dijo el anciano del bar refiriéndose a los manteles de picnic), descubrimos que aquel lugar no es otra cosa que una zona diferente del parque donde se encuentra el hormiguero, Central Park, en Nueva York, para ser exactos. Allí está todo lo que han soñado: cestas de comida de domingueros, un cubo de basura enorme con comida ilimitada, otros tipos de insectos, (como la adorable pareja de avispas con trágico final), parque de atracciones y un largo etcétera que les deja totalmente fascinados.
Esto sin duda puede ser el gran punto de inflexión de la película, ya que podríamos extraer referencias muy concretas y cuando la profundidad de la película adquiere más calado. Vamos allá.
Insectopía es el lugar idílico con el que Z ha estado soñando toda su vida. Esto nos lleva a realizar una interesante reflexión. La división de las dos realidades que hemos visto hasta ahora: el oscuro hormiguero, donde su único objetivo en la vida es el trabajo, el colectivismo que tanto detesta y vivir bajo el yugo del poder para siempre, podría interpretarse como una distopía. Por otro lado, estaría el mundo nuevo, lleno de color, alimentos y alegría, lo que se puede denominar utopía, haciendo referencia al nombre Insectopía. Ambas realidades entrarían en equilibrio, ya que las dos son concretas e interpretables, revelando aún más carencias de su propia distopía al descubrir nuevas formas de vivir que le resultan mucho más agradables, por lo que podríamos pensar que estamos presenciando otra referencia muy clara: El mito de la caverna de Platón.
Haciendo una interpretación básica en este relato, se divide el mundo en dos: el mundo sensible y el mundo inteligible. En el mundo sensible viven unos prisioneros atados que no han salido jamás de ahí, y lo único que distinguen son sombras proyectadas en la pared, provenientes del mundo real, pero que ellos desconocen. Dichas siluetas son su única realidad, y no piensan en que exista algo más. El filósofo decía que si uno de ellos consiguiera escapar y salir de allí, vería la realidad tal como es, ya que habría entrado en el mundo inteligible. Pero que si volviera a la cueva y le contase al otro lo que ha visto, el compañero no creería ni una sola palabra, ya que no es su realidad.
Al igual que ocurre en Matrix (1999), película totalmente inspirada en esta reflexión, Z vivía en el mundo sensible dentro del hormiguero, desconociendo lo que existe en el exterior. Jamás había salido de aquel sombrío lugar, y allí permanecía, aceptando que esa era la única realidad. El anciano del bar, anteriormente mencionado, es aquel prisionero de la caverna que ha escapado. Estuvo en Insectopía casualmente cuando patrullaban en misión militar. Es entonces cuando cuenta a Z la verdad, la pastilla roja, mientras Weaver le toma por loco, Z despierta del sueño, y es ahí cuando se abre una nueva realidad, coexistiendo de esta manera la distopía y la utopía, dos conceptos opuestos y totalmente compatibles en el universo de Hormigaz.
Después de un largo día disfrutando de todas opciones que ofrece Insectopía, observamos a la pareja de hormigas a la luz de una hoguera junto a otros bichos. Pronto se descubrirá la cara menos amable. Observamos que aquella tierra de libertad, no es otra que la expresión máxima del capitalismo.
Todos los habitantes de aquel lugar proyectan la sensación de ser vagabundos, que han migrado allí persiguiendo un sueño que finalmente nunca se cumplió "El sueño americano". Así como ocurre con la propaganda y la publicidad, maquillando idílicos lugares con buena cara en los medios de comunicación, pero con una realidad social totalmente distinta. Llama la atención ver insectos comiendo literalmente mierda, que podría representar la comida basura de las grandes cadenas de comida rápida: Mc Donald´s, KFC... Sí, es una mosca y las moscas comen mierda, es sólo una metáfora. Otros aparecen como en un estado de embriaguez, lo que podría suponer problemas de drogadicción o alcoholismo derivados de la pobreza. También el gran cubo de basura lleno de "bienes", se puede interpretar con que todo lo que más anhelamos es un producto del marketing, haciéndonos creer que tenemos la enorme necesidad de comprar incluso un cubo de basura rebosante de comida podrida. Un reflejo de la sociedad estadounidense actual, pero contada hace 25 años.
¡A la huelga!
Durante su estancia en Insectopía, la imagen de Z comienza a convertirse en la figura del cambio. Empiezan a haber rumores de todo tipo, y se descubre que sustituyó en el puesto con Weaver, lo que produce que se empiecen a preguntar todos si eso también lo podrían hacer ellos. Los trabajadores están empezando a hacerse preguntas que antes no se hacían, a pensar por sí mismos, y eso les convierte en una cosa, peligrosos.
Continúa creciendo la bola de nieve, y tienen lugar los primeros altercados, los patrones están perdiendo autoridad frente a los oprimidos, el miedo a hablar y expresarse libremente está desapareciendo, y no tardan en llegar los primeros signos de revolución. Basta una sola persona u hormiga para despertar los cerebros dormidos y asustados, un detonante, una pequeña cerilla para incendiar las mentes. Los obreros comienzan a lanzar picos, apilándolos en una montaña de herramientas, rajan las pancartas con mensajes déspotas, la huelga ha comenzado y el hormiguero está patas arriba.
¿Os suena esto de algo?
El pueblo unido
Durante el discurso de Mandible, éste observa a Weaver junto a Azteca, cosa totalmente inasumible. Los identifica como amigos de Z, los detiene y tortura hasta que le cuenten dónde se encuentra aquel icono del cambio. Finalmente, Weaver confiesa que está en Insectopía. El coronel Cutter, incrédulo ante tal información, ya que tampoco es consciente de que ese mundo idílico sea real, es respondido por Mandible, quien manifiesta que sí existe. Como ocurre en las dictaduras fascistas, podemos observar que sus líderes tienen una información que ocultan al resto de la población, ya que resultaría potencialmente peligrosa, así como el conocimiento y la cultura. Una vez más, el conomiento por parte del general de que existe otro lugar y el secreto guardado del mismo, podría asemejarse a la famosa quema de libros por orden del partido nazi.
Cutter emprende la marcha en busca de las dos hormigas, mientras el resto de la nobleza, se prepara para la inauguración del Megatúnel.
El coronel encuentra a Bala durante una ausencia de Z, que sale a recoger leña para la hoguera. La rapta y se la lleva de vuelta al hormiguero. Al regreso de nuestro protagonista (que había sido dado por muerto), le cuentan lo que ha ocurrido, y emprenderá el camino de vuelta a casa. Le llevará volando sobre él la avispa que conocieron anteriormente, borracho, intentando superar la muerte de su pareja.
Una vez allí, conseguirá entrar con facilidad, y consigue rescatar a Bala, quien le informa del plan de Mandible. Corren para intentar evitarlo, pero ya es demasiado tarde, los obreros acaban de finalizar la obra y el agua ha comenzado a fluir.
Redención y liberación
Una vez fuera, se encuentran Mandible y Cutter, con el resto del ejército golpista. Es aquí, cuando Cutter consigue ver lo que han creado las clases trabajadoras y queda fascinado. De nuevo, una mente es liberada, (consigue escapar de la caverna), viendo la realidad con cristalina claridad. No olvidemos que anteriormente ya le fue revelada otra verdad, pero se mantuvo excéptico hasta este momento sobre el auténtico mundo real.
Se enfrentará a Mandible, golpeándole un puñetazo. Loco de rabia, el general correrá hacia él interponiéndose Z y cayendo juntos hacia el fondo del charco dentro del hormiguero, con la mala suerte para el dictador, que caerá sobre una rama, muriendo al instante. Cutter, como hormiga alada, salvará a Z y ayudará al resto de los habitantes a salir.
Reflexión final
Llegados a este punto podemos concluir que es una película con una estructura y una capacidad de suscitar diferentes interpretaciones, que hacer una lectura reduciéndola a una ideología o concepto concreto sería absurdo. Toca muchos matices y una gran variedad de escenarios que complementan la riqueza argumental del film. Permite someter al espectador a una constante dualidad entre lo que está viendo y cree que está entendiendo. No es posible catalogar entre conservadurismo o progresismo, sino hacer una analogía constante entre ambas y sus puntos en común, así como sus importantes opuestos. Lo único de lo que podemos estar seguros de su concomitancia ideológica, es que nos narra la historia del totalitarismo frente a la democracia y el libre pensamiento.
Para terminar, podéis escuchar el podcast que hicimos sobre esta apasionante película aquí.
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