Recordando el polémico vídeo del entrevistador riéndose de su invitado tetrapléjico
En la historia de la televisión, ciertos momentos se destacan por su impacto, controversia o incluso por morboso. Uno de los episodios más recordados es el infame video que mostraba al presentador Eric Hartman riéndose incontrolablemente durante una entrevista a sus invitados con problemas médicos. El clip, perteneciente al programa "Boemerang", y emitido en el año 1989, se convirtió en uno de los vídeos más virales a nivel mundial de principios del nuevo milenio que, con la llegada de Internet a los hogares, pudimos descubrir de manera inmediata lo que ocurría fuera de nuestras fronteras. Esto trajo condigo ríos de información y chorradas que comenzaban a compartirse, como los PowerPoints humorísticos, que tanto gustaba enviar a los padres. Al margen de esto, el breve metraje de aquel presentador sufriendo un ataque de risa, fue objeto de debates y críticas, aunque a muchos les resultó muy gracioso, a otros, como suele ser habitual, los dejó indignados por la aparente falta de empatía y profesionalismo del entrevistador.
En las imágenes, Hartman dialoga con dos personas que, tristemente, quedaron tetrapléjicas debido a errores médicos en operaciones que no presentaban a priori riesgos aparentes. La risa del presentador, considerada por muchos como despectiva e inadmisible, generó una ola de comentarios en los foros del momento, algunos de los cuales acusaban a la cadena de televisión de perpetuar un enfoque irrespetuoso hacia temas tan serios.
Sin embargo, la realidad detrás de este escandaloso video es muy distinta. Lo cierto es que este episodio forma parte de un sketch humorístico del programa belga "In De Gloria". Contrario a la creencia popular, Eric Hartman es un personaje ficticio interpretado por el controvertido humorista y actor de origen belga llamado Tom Van Dyck. Los supuestos pacientes tetrapléjicos, lejos de ser reales, son actores y colaboradores del mismo show, encarnados por Lucas Van Den Eynde y An Miller, quienes participaron con el propio Van Dyck en varios proyectos televisivos. Comentaban los creadores que una de las cosas más complicadas a la hora de rodar, fue evitar que los extras que figuraban como público del programa contuvieran la risa durante el transcurso de la representación, cosa que no fue nada fácil.
Este caso ilustra una vez más cómo la línea entre la realidad y la ficción es muy delgada en el mundo de la televisión, y cómo los rumores y las leyendas urbanas que circulan entre el público, tanto en la red como en el boca o boca, generan corrientes de opinión que superan las expectativas de los propios creadores, haciendo de una simple anécdota toda una historia que rebasa, en ocasiones, los límites de lo absurdo. No olvidemos otros momentos, incluso en España, como el famoso vídeo que jamás existió sobre Ricky Martin, el perro y el tarro de mermelada, pero que mucha gente afirmaba haber visto totalmente convencida de ello. Uno de los mayores Efecto Mandela de nuestro país.
Pese a los años que han pasado, hay muchas personas que todavía no son conscientes de que todo esto fue un sencillo pero efectivo gag humorístico, que alcanzó más fama una década después que en el momento que se emitió. La noticia de un presentador riéndose de manera descontrolada de personas en situaciones tan delicadas resulta ser un truco magistral de la comedia, un recordatorio de la importancia de cuestionar lo que vemos en pantalla y de no dar por sentado lo que se presenta como verdadero, y más en Internet.
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