Cuando el Pato Donald era nazi en 1943 de mano de Walt Disney

En los oscuros días de la Segunda Guerra Mundial, donde las sombras del tenebroso nazismo se extendían por Europa, La empresa Walt Disney, que por aquel entonces ya tenía una trayectoria importante en el mundo de la animación con éxitos como: Mickey Mouse o Blancanieves, con varias nominaciones a los premios Oscar, decidió participar en la propaganda bélica de una manera poco inusual. Entre los 40 y 50 millones de muertes durante el conflicto, surgió una producción cinematográfica en formato de cortometraje de 8 minutos de duración que involucraba a uno de los personajes más queridos de Disney: el Pato Donald, y cuya historia estuvo cargada de misterio tras su estreno y posterior ocultamiento durante más de más de medio siglo.

En pleno apogeo de la guerra, Disney estrenó 'Der Fuehrer's Face' ('El Rostro del Führer'), el 1 de enero de 1943, coincidiendo con el año nuevo. La historia nos sumerge en un mundo surrealista llamado "Nutzi Land", una traducción que podría considerarse "Tierra de locos", pero con una clara connotación paródica debido a su similitud en pronunciación anglosajona de "Tierra de nazis", algo que en teoría representaba la visión estadounidense del partido y ejercito alemán. En este extraño universo, el Pato Donald se ve obligado a convivir con las caricaturas de los líderes alemanes, desde Goebbels hasta Mussolini, en un entorno saturado de simbología nazi.

La historia nos traslada a los años del presente en aquel momento, mostrándonos un Donald con uniforme militar y un brazalete con la esvástica, creando una imagen de lo que sería la vida de un soldado alemán. Lo veremos trabajar en una fábrica de municiones, donde nuestro protagonista se ve forzado a trabajar en condiciones de una exigencia extrema, quizá homenajeando Tiempos modernos (1936) de Charles Chaplin, y venerando constantemente la figura del "Führer", viéndose obligado a realizar el saludo fascista al grito de "¡Heil Hitler!", que repetirá con agotamiento durante toda la jornada. Desde el inicio, las referencias explícitas al régimen de Adolf Hitler se hacen evidentes: esvásticas, el libro "Mein Kampf", (que se verá forzado a leer), y caricaturas de rostros como el propio Hitler, Hirohito o Mussolini, en un entorno totalmente propagandístico y saturado de simbología nazi.

Llegados al final del metraje, descubriremos que la vida de Donald en "Nutzi Land" resulta ser solo una pesadilla, y el pato despierta para regresar a su auténtico hogar. La escena final, con Donald besando la Estatua de la Libertad y expresando su orgullo por ser ciudadano de los Estados Unidos, pero curiosamente con una decoración tan saturada (o más), que su propio sueño, con cortinas de franjas rojas y blancas, representando la bandera de EE. UU y un aire patriótico que poco tendría que envidiar al de hacía unos minutos. Podía estar tranquilo; ya respiraba feliz en "el país de la libertad", que sería algo así como el Madrid de Ayuso.

El cortometraje fue todo un éxito entre los soldados del ejército y la población joven Esta arma propagandística fue reconocida con un premio Oscar en 1942. Sin embargo, el cortometraje se retiró de las pantallas casi de manera inmediata tras su estreno, permaneciendo oculto durante más de 60 años. La especulación sobre el motivo de esta decisión apunta a la posibilidad de que la compañía temía que los nazis utilizaran al Pato Donald como imagen política en su contra. Cosa curiosa, debido a que el propio Walt Disney tenía ideología política muy cercana al nazismo, ya que se ha narrado en varios documentales de investigación sus tendencias hacia el antisemitismo o el anticomunismo. Lo fuese o no, el país con unos índices de pobreza extremos, venta de armas a la ciudadanía, sanidad privada única y el capitalismo extremo que empobrece cada día más a la población más vulnerable, quizá no sea ejemplo de nada. Lo dicho, el país de la libertad, pero para los ricos.

Divagaciones propias aparte, en 2004, 'El Rostro del Führer' regresó con su edición en DVD, brindando una segunda oportunidad a esta pieza animada que había sido olvidada durante décadas. Este regreso nos permitió ver cómo se realizaba propaganda bélica y lo bien que funcionaba en la población. También veríamos este tipo de prácticas en otras guerras, como en Vietnam o durante la Guerra Fría, pero eso será otro día.