Tardes de Pro (Pro Evolution Soccer)

Pro Evolution Soccer, más conocido por su abreviatura PES, o directamente como "El Pro", (Winning Eleven en Japón) desarrollado y distribuido por Konami, es uno de esos nombres que me hacen rememorar unos tiempos en los que Internet todavía estaba en pañales a nivel doméstico, y la manera de competir con más personas en los videojuegos era acudir a un salón recreativo, o estar en la misma casa, con la misma videoconsola y mirando la misma televisión. Tardes lluviosas y frías de invierno, así como las tórridas del verano, a la espera de que el sol se despidiera para refrescar ligeramente la calle, eran los momentos idóneos para llamar a tus amigos y reunirnos frente a la pantalla de tubo a jugar unos partidos con sus correspondientes "piques", gritos y mandos de PlayStation manchados de migas naranjas a causa de los Risketos. Aquellas tardes de Pro sólo podían ser igualadas por las de Street Fighter o Mortal Kombat. 

Seré honesto, no me gusta SONY, nunca tuve la PlayStation, pero sí que fui muy de Nintendo. Pedí durante meses con insistencia la Super Nintendo cuando descubrí aquella maravilla que sería el cerebro de la bestia en casa de mi primo mayor. Una noche de Reyes Magos, llegó, y os juro que no había sido tan feliz en mi vida cuando desenvolví aquella caja de color negro, que asomaban unas letras rojas y en su zona central, Mario y toda la pandilla del Super Mario All-Stars, juego que incluía dentro. 

Poco tiempo después, llegó a mis manos un juego de fútbol llamado International Superstar Soccer (Perfect Eleven en Japón). Era increíblemente adictivo, pese a sus grandes limitaciones gráficas y unos controles toscos, con un manejo algo impreciso. Daba igual, se disfrutaba mucho y las horas que le llegué a echar dieron buena cuenta de ello.

Pasaron los años, y la era de los 16 bits comenzaba a morir, llegando al mercado una nueva máquina de la compañía nipona SONY llamada PlayStation. SEGA, la eterna competidora de Nintendo hasta la fecha, comenzaba a agonizar a causa de una serie de decisiones mal tomadas y un completo desastre entre sus dos grandes sucursales: EE. UU. y Japón. Los 32 bits habían llegado, pero Nintendo optó por saltarse esta limitación creando una nueva videoconsola llamada Nintendo 64, que tendría el doble de capacidad gráfica que su nueva competidora, pero que realmente nunca llegó a usar del todo su potencial, entre otras cosas, por la manía del cartucho, que luego les pasaría factura. La quería con toda mi alma, y un cumpleaños, también llegó. 

Si tengo que quedarme con un título de esta plataforma, podría decir GoldenEye, pero también mencionaría especialmente: Super Mario 64 o The Legend of Zelda: Ocarina of Time. Lo cierto es que creo que no se valoró como merecía aquella máquina, pese a sus grandes carencias. Lo curioso, es que un día, por alguna celebración que no recuerdo, me fue regalado otro juego de fútbol, (yo por aquel entonces no era nada aficionado al deporte rey). Era el International Superstar Soccer 98, únicamente compuesto por selecciones nacionales, y sí, estaba España. Los nombres de los jugadores no eran reales por un tema de licencias, pero podías controlar a futbolistas como Cohierro o Rahúl. Un despropósito casi tan grande como el propio nombre del juego, que muchos de los aficionados decidieron llamarlo sencillamente ISS. Como dato, llegué a encontrar un truco que podías jugar con los personajes en modo cabezón gigante, una tontería tan grande como efectiva para levantar carcajadas. Cosas de la edad.

Paralelamente a mi historia de amor con Nintendo, en otras casas la gente ya flipaba con la PlayStation y su unidad de CD, cosa totalmente innovadora y paso lógico en la evolución que SONY sí que consiguió ver con antelación, uno de los muchos motivos del éxito que tuvo aquella consola. Otro fue el pirateo, sí. En los pasillos del instituto ya se comenzaban a escuchar conversaciones de extrañas reuniones en casas de amigos para jugar "unos partiditos". Yo tenía un juego de fútbol, pero salvo con mi vecino, nunca había organizado ningún tipo de evento tan concurrido. Eso sería el gérmen de las famosas "tardes de Pro". Pero, ¿qué era ese juego? ¿De dónde había salido? Básicamente todo comenzó con un título, Winning Eleven.

En 1996, Konami decidió dar un nuevo rumbo a su serie de juegos de fútbol y lanzó World Soccer Winning Eleven, conocido como Goal Storm en Europa y Norteamérica. Esta entrega marcó el comienzo de una nueva saga que se desvinculó de ISS. A lo largo de los años, Winning Eleven lanzó varias entregas, incluyendo Winning Eleven 97, Winning Eleven 3, Winning Eleven 4, entre otros. Llegado octubre de 2001, Winning Eleven 5 sería lanzado en Europa bajo el nombre Pro Evolution Soccer, inaugurando así oficialmente la franquicia PES.

Llegué a participar en alguno de aquellos aquelarres futbolísticos. Gente con los ojos rojos y fijos en la pantalla, conteniendo la respiración cuando el atacante se quedaba solo de cara a la portería y poniendo generalmente a Roberto Carlos como delantero centro por su velocidad y fuerza de disparo, práctica que vi realizar habitualmente. Mandos a la boca en los lanzamientos de penalti para evitar que vieran dónde lo lanzabas. Los conocidos "chetos" o hacer "cheating" (las trampas de toda la vida), era tocarle los botones del mando al contrincante para evitar algún gol entre risas y el cabreo correspondiente del afectado. Espectadores aguardando su turno y ansiosos por coger el control. Partidos que se demoraban hasta altas horas de la madrugada, viviéndose con la intensidad de una final de la Champions League. Pipas, Coca-Cola, bolsas de Doritos e incluso ceniceros humeantes en los jugadores más veteranos llenaban las habitaciones o salones de las casas vacías de padres, que se aprovechaban como auténticos centros de ocio para disfrutar del juego. Qué tiempos.

Pero si algo tenía de especial, aparte de que disponía de muchas más licencias de clubes de fútbol que en los últimos años, que fue desbancado por el FIFA de EA Sports, pese a haber estado éste a la sombra de PES toda la vida, eran sus funciones dentro del propio juego, que más allá de La Liga o Liga de Campeones, había la cosa más magnífica que podía disponer un juego de fútbol: La Liga Máster. Ahí tenías la oportunidad de llegar a lo más alto con cualquier equipo. Pude llevar a la victoria a mi Rayo Vallecano en uno de los días más felices de mi vida deportiva, que es bastante escasa. 

Hablar de La Liga Máster es hablar de grandes jugadores históricos, lejos de Di Stéfano, Maradona, Johan Cruyff , Pelé, o los más cercanos en el tiempo, Messi y Cristiano Ronaldo, la plantilla más conocida de la historia y el Dream Team definitivo era: Ivarov en portería, Jaric, Stremer, Valeny y El Moubarki en defensa. El mediocampo con Ettori, Ximelez, Minanda o Stein. Y, por supuesto, en la delantera teníamos a Ordaz y el ídolo entre los ídolos: Castolo, el genio brasileño más querido por todos los seguidores de la saga. Una maravilla goleadora que hubiera sido Balón de Oro persecula seculorum si su carrera no hubiera tocado a su fin. Castolo estuvo accesible en la Liga Master de todas las entregas de PES. Sin embargo, en el año 2011, Konami tomó la decisión de retirar a este emblemático jugador, que ya contaba con 37 años. Pero su historia no terminó ahí; su popularidad era tal que, en 2015, la empresa japonesa optó por reintegrarlo, pero con una función distinta: la de desempeñar el papel de cazatalentos en la búsqueda de jóvenes promesas futbolísticas. Algo es algo.

Había días de disfrutarlo en solitario. Yo jugaba cuando iba de visita a casa de amigos, ya que me mantenía fiel a Nintendo. Pero finalmente Microsoft me sedujo con su XBOX 360. Ahí volví al Pro, con su título PES 2010, con carátula de Fernando Torres en el Liverpool y Messi en el Barça, (ya ha llovido). Pese a lo que muchos dicen, mis favoritos fueron el 2012 y 2013, que los disfruté y exprimí como nunca. Pero llegó el fatídico PES 2014, con un cambio en su motor gráfico y una serie de decisiones que fueron destruyendo poco a poco la franquicia. Finalmente se tomó la decisión de hacer un reinicio, o lo que diablos fuera eso. En el año 2021 vio la luz una basura llamada eFootball 2021, juego gratuito pero con posibilidad de micropagos, la interfaz más horrible que he visto en mi vida, una jugabilidad bochornosa, con unos bugs que se hicieron virales a las pocas horas de lanzar el juego y ostentó el récord al juego peor valorado en toda la historia de la plataforma Steam. 

La saga murió, pero siempre quedará en nuestro recuerdo aquellos momentos con los amigos disfrutando, marcando goles y comiendo el bocadillo mientras esperábamos nuestro turno. Las tardes de Pro eran inigualables.

DaviOne

28 de enero 2024