Weird Science: recordando a "la chica explosiva" de nuestra juventud
Reconozco que cuando era un niño o adolescente, siempre he tenido especial debilidad por épocas muy concretas, como Halloween o Navidad. Nunca he llevado muy bien el tema del calor, pero si había un momento del año en que la felicidad era plena, era el verano. ¿Por qué? No soy de la clase de personas que les guste la playa ni el sol, pero tenía algo que no albergaban el resto de estaciones: vacaciones largas. Ya el último mes de clase, una vez finalizados los exámenes de fin de curso, era como algo que avecinaba la llegada de la etapa estival, profesores relajados, deseosos también de sus merecidos descansos y alumnos dibujando murales o incluso pasando de acudir, lo que se conocía en mi instituto como "San Pellas", que consistía básicamente en no aparecer las últimas semanas por el centro educativo. Total, estaba todo el pescado vendido.
La llegada de las vacaciones de verano tenía un punto especial, eran unos meses de no hacer absolutamente nada, que es posiblemente lo que más me gusta hacer desde que yo recuerde. Mañanas sin despertador, tardes de baloncesto con los amigos, ir a los recreativos para jugar a las "maquinitas", pipas y Coca-Cola en el césped del parque, sesiones de cine y los primeros acercamientos a las chicas; lo que mi madre llamaba popularmente: "pelar la pava".
Pero si todo esto os suena, quizá también la gente de mi generación haya experimentado aquellas mañanas desayunando frente al televisor. Contenedores de series infantiles como: Club Megatrix, Club Disney, Con mucha marcha de Leticia Sabater o, si eras de Madrid, el Ciberclub. Allí se emitían series tan recordadas como: Punky Brewster, Spider-Man: the animated series, Dragon Ball o El Príncipe de Bel-Air, por decir algunas.
Pero también era el momento de prime time juvenil en la 2 de tve, donde emitían una de las series que recuerdo con más cariño, y que me hizo despertar en mí los primeros mitos sexuales.
Hoy vamos a recordar Weird Science.
La película cuenta la historia de dos nerds adolescentes marginados, Gary y Wyatt, interpretados por Anthony Michael Hall e Ilan Mitchell-Smith, respectivamente. Un día, estos jóvenes tímidos y socialmente inadaptados, deciden realizar, influenciados por las películas y los cómics, a la mujer perfecta. Utilizan un ordenador y un modelo de Frankenstein para crear a Lisa, interpretada por Kelly LeBrock. Por cierto, con la efímera aparición de Robert Downey Jr. La mujer no solo es impresionantemente hermosa, sino que también tiene poderes sobrenaturales y es capaz de hacer que los deseos de Gary y Wyatt se conviertan en realidad.
La producción de la película fue un logro sorprendente en sí mismo. El metraje se rodó en un tiempo récord de solo seis semanas, ya que disponían de un presupuesto muy limitado. Pese a todo el esfuerzo y un guion que se modificaba prácticamente a cada hora y durante los rodajes, acabó recaudando algo más de $38,9 millones en todo el mundo, lo que resultó ser un fiasco. Es cierto que años después comenzó a tener cierta relevancia en las estanterías de los videoclubs, generando una pequeña corriente de fans, pero incluso insuficiente para considerarla de nicho.
Pero la historia, curiosamente, no se detuvo en la gran pantalla. Años después, en 1994, dio un giro inesperado, cuando la película se transformó en una serie de televisión. Ésta, que mantuvo la premisa original pero adoptó un enfoque ligeramente diferente, contó con Michael Manasseri como Wyatt Donnelly, John Mallory Asher como Gary Wallace y Vanessa Angel como Lisa.
La adaptación televisiva de "Weird Science" (Una chica explosiva en España), sí, cambió el título ligeramente con respecto a la película, constó de 88 episodios distribuidos en cinco temporadas, y se emitió desde 1994 hasta 1998. La serie, muy superior al producto original en mi opinión, y con un enfoque más cómico y menos formal que algunas partes de la película, exploró las peripecias de los protagonistas mientras hacían frente a los retos de la adolescencia, como lidiar con matones, problemas de autoestima o dar esquinazo al hermano de Wyatt, un militar desequilibrado y bastante desagradable.
Pero si algo resulta más icónico en ambas creaciones, es que comparten la misma canción en su BSO, y en la serie se utilizó como opening, en uno de los más recordados por su extravagancia y exceso en sus efectos especiales. La canción llamada también "Weird Science", fue escrita espontáneamente por Danny Elfman, en el grupo que lideraba por aquel entonces llamado, Oingo Boingo mientras conducía su coche de regreso a Los Ángeles, después de recibir una llamada telefónica de John Hughes pidiéndole que escribiera una canción para su película del mismo nombre. Elfman, futuro compositor para directores como Tim Burton o Sam Raimi en sus películas más famosas como: Spider-Man, Beetlejuice, Pesadilla antes de Navidad y un largo etcétera, afirmó haber "oído la canción completa en su cabeza" en el momento en que llegó corriendo a su estudio para grabar su demo.
Es una serie que, pese al contenido machista de la época, estoy convencido que muchas de las personas que lean esto, lo vimos con ojos de fascinación hacia aquella mujer con poderes, que podía cumplir tus deseos, creada con un simple ordenador. Todos soñamos aquellas mañanas de verano frente al televisor con poder encender nuestros PCs y dar vida a nuestro propio genio de la lámpara que nos concediera aquellos exultantes deseos.
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