Prince of Persia: el inicio de una leyenda en el mundo de los videojuegos
Jordan Mechner, por aquel entones era un joven programador y futuro cineasta, fue la mente maestra detrás del videojuego. Siendo de inspiración su pasión por el cine y el interés en la animación de personajes, Mechner comenzó a trabajar en el juego a principios de la década de 1980.
El motor gráfico utilizado se desarrolló desde cero por él mismo. Aunque no tenía un nombre específico, se destacó por su capacidad para mostrar animaciones de alta calidad en un entorno de 2D, algo inusual para los tiempos que corrían. Este engine permitió utilizar técnicas de captura de movimiento. Para llevar a cabo todo esto, filmó a su hermano realizando posturas específicas y actividades como saltar, correr y luchar. Estas secuencias se convirtieron en las animaciones clave del juego, que le daban un toque muy realista para los medios que disponía y época en la que estábamos.
Los jugadores asumíamos el papel del Príncipe, quien debía rescatar a la princesa secuestrada por el malvado visir Jaffar en un plazo limitado de una hora en tiempo real. El juego se centraba en la resolución de acertijos, saltos precisos y combates estratégicos. La combinación de estos elementos hizo que el juego fuera muy satisfactorio a la vista, aunque también bastante difícil. También habría que hacer mención especial a los personajes, como la guardia del visir, que tenías que matarlos a medida que avanzabas, esqueletos armados y un nivel de sangre, en ocasiones, gore moderado cuando caías en los pinchos o eras atrapado por cuchillas que no había visto en ningún juego hasta la fecha, y lo cierto es que me fascinaba.
Fue lanzado para múltiples plataformas, incluyendo Apple II, MS-DOS y Amiga, aunque posteriormente podríamos verlo en videoconsolas como Super NES o Game Boy. El éxito de Prince of Persia llevó a varios remakes y secuelas. En 1993, se lanzó "Prince of Persia 2: The Shadow and the Flame", que expandió la historia y las mecánicas del juego original. A finales del año 2003, la saga tuvo un remake en 3D de mano de Ubisoft, con una aceptación brutal del público, y no era para menos. Reinventaron la jugabilidad, con movimientos rápidos, propios del parkour, permitiendo correr a través de las paredes y realizar saltos imposibles. Tanto las batallas con los enemigos, como la capacidad de retroceder en el tiempo, fueron aciertos totales, creando una experiencia de juego que, sumado a los sesudos puzles, era absolutamente sensacional. Pero no quedó ahí, dado el éxito, se empezó a trabajar en la continuación que se titularía "El Alma del Guerrero" (2004), cerrando posteriormente la genial trilogía con "Las dos coronas" (2005).
En 2010, "Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo" se convirtió en una adaptación cinematográfica dirigida por Mike Newell y protagonizada por Jake Gyllenhaal como el Príncipe Dastan. Pese a que la película en sí no era mala del todo, creo que no alcanzó el toque especial que solo consiguen muy pocas adaptaciones de videojuegos para que sean totalmente satisfactorias, pero es complicado, aún así, se deja ver.
Fueron muchas horas las que pasábamos jugando a aquel mismo juego año tras año, hasta que llegaba el temido momento del pomo de la puerta girándose, y entrando mi madre, indicando que había llegado el momento de irse y de cortar la partida. Tiempo después tuve mi propio ordenador, donde continué aquellas partidas. Finalmente conseguí, no con poca frustración en el transcurso, salvar a la princesa.
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