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Coherence: la joya del Cine de Ciencia Ficción creada con un presupuesto mínimo


Después de un tiempo sin verse, un grupo de amigos queda para cenar el mismo día que un cometa pasa muy próximo a la Tierra. Durante la cena se ponen al día con sus vidas y, entre otros temas, recuerdan el caso del cometa que pasó muy cerca de Finlandia en 1923, y los habitantes quedaron totalmente desorientados, incluso una mujer denunció que había un hombre en su casa que no era su marido. Los teléfonos e Internet dejan de funcionar, y la luz se va en todo el vecindario excepto en una casa. Los chicos salen a investigar y descubren que es la misma casa en la que estaban cenando. El director de Coherence, James Ward Byrkit (conocido por su participación en Rango, tanto la película como el juego, y los Storyboards de la saga Piratas del Caribe), pretendía hacer una película de ciencia ficción sencilla y potente y, sin duda, lo ha conseguido, ya que ha triunfado en festivales como Austin, Sitges, el Imagine Film Festival o La Muestra de SyFy. La casa de Mike (Nicholas Brendon) en la película es la casa del director en realidad. Esta elección se debe (además de al presupuesto) a que quería sacar el mayor provecho a un espacio reducido como éste, sin poder mover paredes para conseguir mejores tiros de cámara.


A diferencia de lo que es habitual, la elección de los actores la realizó el mismo James Ward Byrkit durante el desarrollo de la trama (que no guion) junto a Alex Manugian, que interpreta a Amir. Probablemente, de todos los actores (Alex Manugian, Nicholas Brendon, Emily Baldoni, Maury Sterling, Elisabeth Gracen, Hugo Amstrong, Lorence Scarafaria y Lauren Maher) el más conocido por los espectadores probablemente sea Nicholas Brendon, que interpretó a Xander Harris en Buffy, Cazavampiros, aunque todos han tenido algún papel en televisión. Era muy importante que los actores tuvieran facilidad para la improvisación ya que no había un guion definido, simplemente se les daba indicaciones sobre el carácter y las aspiraciones del personaje y unas pautas básicas de lo que debía ocurrir. Ward Byrkit ya conocía a la mayoría y su forma de trabajar, puesto que habían participado en sus cortos Pirates of the Caribbean: tales of the code y Fractalus. El núcleo de Coherence es tan complejo que, a aquellos que hemos visto la película, nos parece increíble que no hubiera un guion cerrado, los diálogos (y las reacciones) parecen haberse pensado y repensado hasta conseguir ese resultado final tan redondo. La película gira en torno a la paradoja del gato de Schrödinger, basada en la superposición de las partículas y los saltos cuánticos, o lo que es lo mismo, la existencia de universos paralelos y su fusión, un clásico de la ciencia ficción.

gato de Schrödinger

La película está construida como un juego para el espectador. Desde el primer momento el espectador entra de lleno en la película, con la que dialoga al hacerse autoconsciente a través de los cortes bruscos con separaciones de pantalla en negro y el leve movimiento de la imagen característico de los documentales y realitys televisivos, que cada vez es más habitual en el cine. El espectador se hace preguntas durante toda la película, muchas de ellas no se resolverán al terminar, pero el final, seguramente, es más satisfactorio de esta forma. La incoherencia de Coherence es lo que la hace tan exitosa: ¿Por qué se rompe sólo la pantalla del móvil de Emily? ¿tiene algo que ver la ketamina de Elizabeth? ¿en cuántas casas estamos? ¿todo empieza con el apagón?… Otras películas que tratan temas similares son: La habitación del niño de Álex de la Iglesia, que (como buen filósofo) se centra también en la misma paradoja, Los Cronocrímenes de Nacho Vigalondo, en la que hay más viajes en el tiempo (y Héctors) de los que parece, Fin de Jorge Torregrossa en la que cada vez hay más hechos inexplicables o Triangle de Christopjer Smith, en la que unos amigos pasan tranquilamente sus vacaciones hasta que una tormenta les sumerge en el misterio. Todas ellas tienen en común que no terminan cuando acaba la película, las preguntas y la diversión continúan en la mente del espectador mucho tiempo después.
 
Coherence es uno de los ejemplos de cómo una película con muy poco presupuesto y (grandes) actores poco conocidos supera de largo las superproducciones de Hollywood, y es que las buenas ideas son las que hacen las buenas películas y no los grandes efectos especiales ni los actores con cachés astronómicos.
 
 
 

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