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Hércules: el sueño americano de la Grecia clásica

Hércules: el sueño americano de la Grecia clásica

Corrían mediados de los 90, cuando la cultura pop estaba en auge y las manos que bailaban los hilos de las grandes productoras hollywoodienses se esforzaban por encontrar una idea que les reportase el próximo blockbuster que llenase sus arcas de billetes verdes.

Disney venía de cosechar éxitos en los primeros compases de la década como 'La bella y la bestia', 'Aladdin' o 'El rey león', películas que rápidamente habían conseguido convertirse en clásicos de los estudios y que iniciaron el denominado "renacimiento". En 1995 se estrenó 'Goofy e hijo', una apuesta arriesgada que bordeaba géneros como la road movie y la comedia adolescente y que estaba protagonizado por uno de sus personajes más icónicos. Pero por encima de ello y a diferencia de sus antecesoras, se apostó por crear una película ambientada en la propia época en la que se estrenó, una especie de alegato costumbrista que narra de manera caricaturizada con precisión y mucho ingenio todos los clichés del cine noventero americano, así como de su propia sociedad. Por primera vez, los estudios del ratón más famoso del mundo hacían una película de animación dirigida al público infantil (y también preadolescente) con la que se podían sentir identificados. Vestían como ellos, hablaban de la misma forma y patinaban encima de las mismas tablas de skate. La arriesgada gamberrada de Disney aprobó raspadamente en taquilla con una tibia acogida, pero no fue hasta su lanzamiento en VHS cuando se ganó la vitola de película de culto.

Tras 'Goofy e hijo', Disney había estrenado la a la partes adulta y oscura 'El jorobado de Notre Dame', optando por continuar en la senda de las adaptaciones tanto literarias como de personajes históricos. Su siguiente proyecto cinematográfico fue 'Hércules', basado en las obras mitológicas de la Antigua Grecia y parcialmente en 'El hombre de las mil caras', de Joseph Campbell. En cualquier caso, estos eran los mimbres que servían como inspiración para ambientar el relato, ya que el acabado final del guion era impreciso con los hechos mitológicos y reinterpretaba los nexos de unión entre los personajes, además de limar las partes más escabrosas y controvertidas, dejando un producto final que no escociese al público infantil. 

Hércules: el sueño americano de la Grecia clásica

El verdadero motivo por el que los productores habían decidido dar el paso con este proyecto, no fue ni más ni menos que la posibilidad de realizar una película de superhéroes disfrazada de cuento clásico dentro de la factoría. Pero sin duda alguna, las distinciones principales con el resto de clásicos Disney fueron el concepto artístico y el tono de la película. El filme claramente jugaba a parecer una cosa y ser otra completamente diferente. Tom Schumacher, ejecutivo de Disney dijo que: "en esencia trata sobre algunas cosas muy importantes: los conceptos de fuerza, quién eres y qué es el carácter. También trata la noción de qué es una celebridad, qué es la cultura pop y qué significa ser popular". Y ahí estaba la clave, 'Hércules' jugaba al mismo juego que años atrás había jugado 'Goofy e hijo': ser una película generacional, llena de referencias a la cultura de masas y con la que el público más joven podría sentirse identificado. Una película que resucitaba los mitos de la Grecia clásica y los utilizaba de manera afilada para mirar con nostalgia a la industria cultural del siglo XX. Pero además era un largometraje que mitificaba el concepto de 'sueño americano', explicando el ideal de que cualquier persona, por humilde que sean sus orígenes, puede prosperar hasta alcanzar el éxito. En el filme, este símil se evidencia reflejado en el protagonista, un joven campesino perteneciente a una familia modesta que se convierte en un ídolo de masas de la manera más meteórica posible. De cero a héroe. Antes un don nadie, ahora un súper deportista de élite con halo de deidad. No existe nada más yanqui que la creencia ciega del 'sueño americano', pero no olvidemos que la película trascurre en la Grecia clásica

Hércules: el sueño americano de la Grecia clásica

Más allá del concepto, tenemos a Hércules, nuestro personaje principal. Schumacher en su reflexión sobre los pilares que sustentan a la película, también nos hablaba de la popularidad, piedra angular de la hipócrita sociedad americana. Disney tenía que moldear a un héroe clásico dándole un empaque de celebridad que sirviese para que los estudiantes estadounidenses pudiesen forrar las carpetas con su cara. ¿Qué personaje noventero podía servir de modelo e inspiración para construir a su protagonista? La respuesta parecía evidente. Michael Jordan era el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, probablemente el mejor deportista del planeta y su popularidad alcanzaba unos límites jamás vistos con anterioridad. De este modo, se establecieron una serie de paralelismos entre los dos héroes. Jordan firmó un contrato multimillonario con Nike para lanzar su propia línea de calzado deportivo conocido como Air Jordan; Hércules lanzaba una línea de sandalias deportivas denominadas Air-Herc que se anuncian en enormes mosaicos que hacen las veces de vallas publicitarias. Mientras Jordan firmaba un jugoso contrato con la marca de bebidas energéticas Gatorade, que dio lugar a principios de la década al famosos anuncio de 'Be like Mike', Hércules lanzaba su propia bebida isotónica denominada Herculade. La antigua Grecia se transportaba a la sociedad de consumo de la década de los 90 en la que incluso se nos muestra la venta de merchandising en forma de muñeco de acción a imagen y semejanza del héroe.

Hércules: el sueño americano de la Grecia clásica

No es el único paralelismo con esta década, ya que el estilo estético de la película también llevó su impronta. Mientras que 'El jorobado de Notre Dame' había dado lugar a un tipo de dibujo más detallado, con un aura mucho más madura y distante de lo que un niño entiende como dibujo animado y unos colores más lúgubres, su predecesora decidió dar un giro radical para volver a un tipo de dibujo más cartoon, con líneas estilizadas y trazo grueso y redondeado que recuerdan al estilo clásico griego, pero adornados con los colores vivos y saturados tan míticos de los estampados noventeros. Además el diseño de los personajes se volvía más minimalista, tenía menos detalle y los colores estaban más distribuidos en bloques, tal y como lo hacían la mayoría de series de animación de esta época. Además, la música y las canciones que se utilizaron para la película tenían unos ritmos influenciados por el góspel y el rythm and blues que se distanciaban en exceso de las liras y buzukis griegas, y cuyos números musicales tenían una puesta en escena muy cercana a la de los videoclips noventeros de la MTV

Hércules: el sueño americano de la Grecia clásica

La lista de referencias y similitudes no termina ahí. Durante la película se establecen paralelismos entre Tebas, la ciudad en la que transcurre la acción, y Nueva York, localización de cabecera para todo producto audiovisual generado en Hollywood. Además existe una escena durante el entrenamiento de Hércules en la que se parodia el aprendizaje de la técnica de la grulla en 'Karate Kid' y también otra secuencia en la que una constelación con forma de Marilyn Monroe trata de que no se le levante la falda del mismo modo que ocurre en la famosa escena de 'La tentación vive arriba'.

Hércules: el sueño americano de la Grecia clásica

La heterogénea mezcla de estos conceptos de calados tan diferentes como el agua y el aceite dio lugar a un producto único, que además consiguió establecerse en el imaginario colectivo como una de los grandes largometrajes de los clásicos de Disney, así como uno de los mayores flotadores a los que los estudios pudieron agarrarse durante su etapa de renacimiento. Algo así como un step back de nuestro musculado héroe para meter el triple decisivo que condujese a Disney a su enésima reinvención.

Nando Pro
DaviOne

27 de septiembre 2023

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