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Los Simpson tocan fondo

Los Simpson tocan fondo

La familia más conocida de la animación norteamericana y posiblemente la mejor serie del género en toda la historia de la televisión es también a su vez una de las más longevas. No conozco a nadie que me pueda hablar mal de Los Simpson, al menos en sus inicios, cuando todavía residía en los más altos peldaños de la fama y de las comedias televisivas más ácidas de la década de 1990.
La serie creada por Matt Groening, quien se inspiró en su propia familia para dar vida a los personajes principales, los nombró como éstos, a diferencia de sí mismo, que no le pareció adecuando ponerle Matthew, y se decantó por Bart. Pero antes de ser una serie tal como la conocemos ahora, todo era algo más rudimentario, con una animación muy pobre y creándose una serie de 48 cortometrajes de un minuto de duración aproximadamente. Estos cortos, producidos por James L. Brooks, pronto comenzaron a tener mucho éxito entre los jovenes norteamericanos, y los no tan jóvenes. Debido a la espectacular acogida, entraron a formar parte de El show de Tracey Ullman, el 19 de abril de 1987. Durante estos años y hasta su debut final como serie, fue creciendo su fama, hasta que finalmente el 17 de diciembre de 1989 se estrenó su episodio piloto llamado: Simpsons Roasting on an Open Fire (Sin blanca Navidad en España).

Los humildes comienzos de esta peculiar familia amarilla fueron increíblemente bien recibidos por el público adulto. Cambiando el esquema por completo de lo que entendíamos por animación, casi siempre enfocado exclusivamente al público infantil, con el permiso de series como Los Picapiedra, que siempre tuvo una temática bastante más adulta de lo que podría parecer en un primer momento. Esto abrió las puertas de las generaciones venideras de la animación para adultos a lo largo de los 90, como por ejemplo: Beavis and Butthead, Padre de Familia, El Rey de la Colina, Dilbert y por supuesto, de Futurama, la serie de los mismos creadores, con una altísima calidad de guion.

La crítica social hacia la vida norteamericana se mostraba en ocasiones con crudeza, si bien rebajado con grandes dósis de humor, pero con esa pequeña chispa de sátira. Es curioso que se emita un mensaje tan contundente en la cadena ultraconservadora FOX, donde han permanecido hasta el dia de hoy, y en la que les han dado carta blanca desde prácticamente sus inicios. Pero ya sabéis, esto es USA, y como dijo Groucho Marx: "éstos son mis principios, si no te gustan, tengo otros". Los billetes mandan, y la familia Simpson sale muy rentable.

Pero, la pregunta es la siguiente:
¿Deberían haber terminado Los Simpson?

Como todo en esta vida, habrá quien esté a favor y en contra. Yo me posiciono totalmente a favor de dar por finalizada la serie. Me explico: todos aquellos chistes, gags y momentos que hemos tenido la oportunidad de ver durante las primeras temporadas, se han ido diluyendo. Aquellas en las que parecía que los guionistas iban sobrados, llenos de imaginación y una magia especial que te hacía sumergirte en el pueblo de Spingfield y partirte la caja durante los 20 minutos de duración de cada capítulo. Esos clichés aún sin explotar de la sociedad americana, y esas salidas de tono de la forma más sutil que se puede hacer sin tener que recurrir al lenguaje explícito (muy poquitas veces podemos escuchar tacos durante la serie). Todo aquello se fue disipando por el paso de los años. Igual soy un poco exagerado al afirmar lo que estáis a punto de leer, pero llevo años repitiendo esta misma frase, y cada vez son más los que empiezan a mirarla con otros ojos, y no a la recurrente negativa habitual del "NO" porque sí. "Los Simpson murieron en 1999". La caja de Pandora se abría, y los demonios volaban sobre mi cabeza. La gente no entendía que quisiera acabar con la serie de sus vidas, pero quizá no entendían el motivo que, como decía anteriormente, no es por odio, sino por todo lo contrario. El amor que sentía por aquellos personajes entrañables, unos más que otros, todo sea dicho, comenzó a transformarse en vergüenza ajena. Los gags humorísticos, en sus inicios más duros de lo que en un principio podría parecer, parecieron calmarse. Homer, con ese rol de americano medio y padre de familia con probelmas de alcoholismo, maltratador y vago, pronto se transformó en un personaje insustancial, cada vez más estúpido y con diálogos que parecían haber salido de un guion de Dora la exploradora. Es como si de pronto no importase tanto el objetivo crítico que tuvieron al nacer, pero claro, insisto en que por mucho dinero que ganen con ello, al final donde hay patrón no manda marinero, y Fox hizo un gran trabajo de calmar las aguas por donde estaban navegando.

Todo está muy forzado, ya no fluye. Es como querer meter con calzador más y más horas que de basura televisiva inservible. Desapareció el 4:3, y el nuevo formato mucho más mejorado y panorámico, tiene algo que me hace sentirme nostálgico de aquellas primeras temporadas en las que las bocas se salían en ocasiones de las mandíbulas, y algunos elementos de la animación hacían cosas extrañas como cabezas hinchadas y fondos reciclados, que curiosamente daban un millón de vueltas a estos nuevos productos, ya hartos, viejos y cansados. Fueron muchos los esfuerzos por volver a su punto álgido, y decidieron llevar a cabo el plan que tantos años nos hizo esperar: Los Simpson: la película estrenada en el año 2007, que no dejaba de ser un capítulo de 87 minutos. También llegó muy tarde y dejó ese sabor amargo de si en realidad había sido necesaria. De acuerdo, reconozco que a mí me hizo ilusión en su momento, pero viéndolo con perspectiva y con ese producto tan mediocre que nos vendieron, creo que no. Igual diez años antes hubiera tenido más sentido, cuando todavía tenían algo que ofrecernos de verdad. Dejó una millonada en taquilla, pero no me llenó en absoluto y cosas como la canción de Spidercerdo y otras joyas, en fin... Desde aquel momento, siguieron cayendo en picado, pero esta vez sin ningún tipo de freno. Probaron fórmulas nuevas, hasta haber llegado a tener que reinventarse una y otra vez, tomando caminos cada vez más erróneos. Dejaron de lado Futurama, de la que sí podría haber sacado mucho más de ella, pero muchísimo más. Quedó condenada, abandonada y cruelmente olvidada, ya que la cadena se desentendió por completo y, pese a intentarlo con otros medios, finalmente puso el triste punto y final. No es justo.

Los Simpson fue la gran serie de la que muchos sentimos esa sensación de haber estado con nosotros toda la vida, en mi caso, tal cual, ya que tengo la misma edad que ella. Pero quizá sea el momento de dejar paso a otros proyectos y dejar en barbecho a la gallina de los huevos de oro. Lejos de ser un producto novedoso, fresco y amargo a partes iguales, hace mucho tiempo que desprende ese olor a naftalina y casposidad que tanto duele. Llegados a este punto, evidentemente sabéis que mi opinión es clara: sí, deberían haber terminado hace mucho tiempo. Soy partidario de que la cantidad nunca debería anteponerse a la calidad y de esto último, queda más bien poco. Reconozco que hace años que no los veo habitualmente, y que suelo dejarlo sintonizado únicamente cuando aparecen episodios clásicos, pero no me niego de vez en cuando a ver alguno nuevo, que inevitablemente son igual de horribles. Por supuesto, todo esto es una opinión subjetiva única y exclusivamente mía, y ni mucho menos pretendo sentar cátedra y estoy abierto a otras opiniones, pero es algo que tenía dentro y necesitaba sacar. 
 
 



DaviOne
DaviOne

2 de septiembre 2023

2 comentarios:

  1. Desde que empezaron a tratar a Homer como un imbecil clínico en vez de una persona simple se jodio el invento. La gracia estaba en la naturalidad no en un esperpento mal desarrollado

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