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Así habrían sido los velocirraptores de Jurassic Park si Steven Spielberg hubiera sido fiel a la ciencia

Así habrían sido los velocirraptores de Jurassic Park si Steven Spielberg hubiera sido fiel a la ciencia [GenB]

En el otoño del año 1993 llegaba nuestras pantallas la esperada Jurassic Park, una producción de Universal Pictures junto a Amblin Entertainment basada en la novela de Michael Crichton y dirigida por Steven Spielberg. Con un reparto encabezado por Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum, y con unos efectos especiales que, por aquel entonces, nos dejaron boquiabiertos con una particular combinación de animatrónics con CGI. Sobra decir que la película contó meses antes de su estreno con una campaña publicitaria enorme, lo que generó un hype que yo, todavía a mi corta edad en esos años, no había vivido hasta ese mismo instante. Recuerdo el público ansioso haciendo cola en las taquillas del cine del barrio, incluso el desánimo de los que no consiguieron hacerse con la entrada y tuvieron que esperar fuera otra ocasión, mientras veían a los afortunados más previsores acceder a la sala con cubos de palomitas. Por supuesto, aquella película no tardó en convertirse en un taquillazo mundial, recaudando más de 900 millones de dólares en su estreno original y superando los mil millones tras su reestreno en 3D en 2013. Se convirtió en la película más taquillera de la historia hasta que Titanic, de James Cameron, la desbancó en 1997. Qué tiempos aquellos de salas a rebosar de espectadores... 

Pese a la poderosa e imponente figura del T. Rex y logo esquelético del mismo parque, siempre pensé que, entre todas las criaturas que desfilan por la isla Nublar, ninguna marcó tanto a una generación como los velocirraptores. Tenían una siniestra mirada penetrante y calculadora, su forma de moverse, cazar y acechar a sus presas hacían que realmente nos sintiéramos indefensos ante su misma presencia. Pero, ¿hasta qué punto fueron fieles a la hora de mostrarnos algunos dinosaurios? La diferencia entre el mito y la realidad es muy distinta, y las evidencias científicas nos revelan que los famosos reptiles que vimos, no eran más que una licencia que se tomaron los creadores de la película, con el fin de proyectarnos un animal más aterrador de lo que era verdaderamente.

Así habrían sido los velocirraptores de Jurassic Park si Steven Spielberg hubiera sido fiel a la ciencia [GenB]

El verdadero Velociraptor mongoliensis era significativamente más pequeño de lo que mostró Spielberg: medía apenas medio metro de alto y unos dos metros de largo, con un cuerpo delgado y ligero, más parecido al de un pavo (salvando las distancias, por supuesto) de gran tamaño que al de un cazador de dos metros de altura. Además, investigaciones paleontológicas posteriores al estreno de la película, han confirmado que los velocirraptores estaban cubiertos de plumas, especialmente en brazos y cola, una característica que los vincula más estrechamente con las aves modernas. No eran reptiles escamosos como vimos en las pantallas, sino dinosaurios emplumados con un aspecto muy similar al de un ave rapaz.

A nivel de comportamiento, la película les atribuye una inteligencia extraordinaria: en grupo desarrollan estrategias de caza, se comunican entre ellos, e incluso son capaces de resolver problemas simples y complejos, como abrir puertas. Si bien se cree que éstos eran relativamente inteligentes para su tiempo, su capacidad cognitiva no se acercaba a la de un primate, ni mucho menos a la de un humano. Su nivel de inteligencia podría compararse, como mucho, al de un cuervo o un águila actual: aves con cierto grado de aprendizaje, pero lejos de lo mostrado en el cine. Otra diferencia importante son los rugidos y chillidos que escuchamos en la película, que fueron creados a partir de una mezcla de sonidos de distintos animales como: delfines, tortugas o aves, y aunque resultan ciertamente inquietantes, aterradores y, sin duda, cinematográficamente efectivos, no representan de forma realista cómo sonaban estos dinosaurios. Probablemente sus vocalizaciones eran más parecidas a gruñidos o graznidos.

Un hecho poco conocido es que los velocirraptores representados en Jurassic Park no se basaron realmente en Velociraptor mongoliensis, sino en un pariente cercano y de mayor tamaño llamado Deinonychus antirrhopus. Michael Crichton, autor de la novela en la que se basa la película, eligió el nombre “velociraptor” porque sonaba más agresivo, por lo que Spielberg y su equipo adoptaron esa licencia sin preocuparse demasiado por la exactitud taxonómica. Así nació una criatura híbrida entre ciencia y ficción. Con el paso de los años y la llegada de las secuelas, también mantuvieron esta imagen casi intacta. Aunque en películas más recientes como Jurassic World: Dominion (2022), sí hemos visto algunas especies de dinosaurios más similares a las aves, como el Pyroraptor, aunque los raptors principales todavía conservan su aspecto escamoso original, entre otras cosas, porque se ha convertido en una marca en sí misma y comercialmente muy efectiva. 

DaviOne
DaviOne

14 de julio 2025

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