El negocio del miedo: los okupas como mejor reclamo publicitario para las empresas de alarmas
«¿Te sientes seguro en tu casa?» Le pregunta un tipo a otro, con la misma naturalidad con la que uno comenta el tiempo con el vecino en el ascensor. «Claro, tengo una alarma instalada». Y así es como comenzaba uno de tantos anuncios publicitarios de este negocio. Un escalofrío me recorría el cuerpo cada vez que era testigo obligado de aquello, cuando era proyectado de manera arbitraria en algún medio. Llamadme raro, pero nunca fui capaz de entender aquella conversación, más propia de dos cuñados borrachos en Nochevieja que de un spot televisivo.
Toda mi vida he pensado que mi hogar era uno de los lugares más seguros en los que podría estar; mi santuario, mi residencia. No sé qué fue de los antiguos temores que tan insistentemente nos inculcaron desde muy jóvenes, como el de no pasar por determinados barrios a ciertas horas o no frecuentar ciertos ambientes. Aquellos miedos, principalmente, eran cosas más abstractas que concretas, no tenían una forma definida, era sencillamente una especie de entidad que gobernaba ciertas zonas con horarios muy concretos: "la mala gente". Esto, en la mayoría de los casos, se advertía desde los barrios más pudientes con respecto a los humildes, cosa bastante curiosa, porque empieza a darnos algunas pistas de dónde parten determinadas fobias y quiénes son los supuestos fantasmas a los que temer. Pese a todo, llegó un momento en el que alguien cayó en la cuenta de que las historias y monstruos con los que nos asustaban de pequeños para que nos portásemos bien o nos fuésemos a la cama sin protestar, eran igualmente aplicables a los adultos, pero cambiando aquellas quimeras por algo mucho más tangible, que estuviera entre nosotros y nos amenazara constantemente al menor descuido. Pero, ¿y si todo esto repercutiera en un beneficio económico? ¿Y si aquellos adultos que tenían pesadillas con seres imaginarios siguieran manteniendo esos temores, pero ahora potenciados con dosis de realidad que te meten en la cabeza a golpe de martillo pilón por parte de los grandes medios, prensa y políticos? ¿Y si nosotros pudiéramos garantizar tu seguridad y la de tus seres queridos por un módico precio?
El ser humano es miedoso por naturaleza. En cada momento de la historia, ha existido el temor hacia determinados elementos, que en la mayoría de los casos, provocaban una paranoia que acababa calando en toda la sociedad. Ya fuera por motivos reales, como enfermedades tipo: la peste negra, tuberculosis o el SIDA. Pero también miedos más cercanos, cuando los señoritos tenían en sus casas a personas de raza negra como esclavos y temían un ataque en el momento que bajasen la guardia y los asesinaran por la noche mientras dormían en sus camas, generando aún más racismo por parte de los supremacistas blancos, que se creían con el poder sobre otras personas por el color de su piel. Por no hablar de los tiempos de la energía nuclear o de la Guerra Fría, cuando hubo una histeria colectiva, en especial desde EE. UU., que no solo veían comunistas por todas partes, sino que además, se perseguía y castigaba cualquier actividad sospechosa de socialismo, (y todo esto desde "el maravilloso país de la libertad"). Muchas han sido las fobias a lo largo de los siglos, pero la buena noticia para determinadas empresas es que ahora se pueden rentabilizar. ¿Y sabéis cuál es en estos momentos la horrible preocupación de la humanidad según los actores interesados? En efecto: los okupas.
Para aquellos que no estén familiarizados con el término, los "okupas" son básicamente demonios que se cuelan en tu casa cuando tú no estás, aprovechando el intervalo en el que sales a comprar el pan o a tomarte una cañita (cortesía de Ayuso si vives en Madrid). Estos seres están aguardando en todas partes, y entrarán en tu propiedad, forzando la cerradura o volando por la ventana con sus alas de murciélago. Se instalarán y estarán allí años, viviendo de gratis, sin pagar agua ni luz, porque lo estarás pagando tú, además de la hipoteca. Ningún cuerpo de seguridad del estado podrá hacer nada, porque el Gobierno lo permite. ¡Toda la vida ahorrando para comprarte una vivienda para que luego vengan a quitártela! Es un panorama realmente aterrador. Pero no tienes nada que temer, porque ha llegado alguien a poner freno a este gravísimo problema.
Como de la nada, durante los últimos años han proliferado las empresas dedicadas a la seguridad del hogar; cada vez veo más. Y es que el relato de que hay personas que te roban literalmente la casa ha calado muy bien. No recuerdo hace unos años que esto estuviera en boca de todos, pero por lo que parece, en estos tiempos, han emergido como las setas en el campo tras una reconfortante lluvia. El concepto de "ocupación" ha existido desde siempre, no nos engañemos. Desde la época de las cavernas, cuando estabas tranquilamente con tu fuego, (recién descubierto) y comiéndote un mamut a la brasa. De pronto, entraba uno de esos neandertales perroflautas arrasando con todo y echándote de tu cueva, que tanto trabajo te costó construir y decorar con pinturas rupestres. Todo un drama. Tampoco está de más recordar que el mayor porcentaje de ocupación de viviendas se produce en casas abandonadas, que principalmente pertenecen a bancos y que fueron adquiridas a través de fondos buitre. Resulta curioso que en los tiempos en los que estas prácticas han sido cada vez más habituales por parte de estas empresas, el foco de atención no se centre en el problema de la especulación de la vivienda o de la ausencia de regulación de los apartamentos turísticos tipo Airbnb, que no hacen otra cosa que encarecer los alquileres para los habitantes del lugar en cuestión, ya que estamos convirtiendo los principales núcleos de población en parques de atracciones para los visitantes, dejando a un lado las necesidades del ciudadano residente y que convive con estas circunstancias en un lugar que poco a poco lo está llamando al abandono. Lo fácil ha sido señalar a las personas que, por culpa precisamente de estas prácticas o por diferentes razones, se han visto en la calle. Negar la evidencia de que el problema existe es absurdo, por supuesto que hay casos, pero el porcentaje de ocupación de viviendas habitadas representa un número ridículo, y más si los comparamos con los desahucios reales que se producen a diario en España por parte de los especuladores y bancos, y de los que poco o nada se habla en los telediarios. Pero el discurso ha calado en un grado muy elevado, y es aquí donde han visto el gran negocio las empresas de alarmas, que con la ayuda del resto de integrantes interesados, han montado su chiringuito y les ha salido de miedo. También han surgido nuevos proyectos de negocio, como empresas privadas y de dudosa legalidad, que se dedican a la "desokupación" violenta. Además, con nombres muy originales, ¿adivináis alguno?
La tecnología ha evolucionado notablemente, impulsada en gran parte por un creciente clima de ansiedad social. Hoy en día, no solo contamos con sistemas de alarma básicos, sino que también se pueden añadir numerosos complementos: cámaras de vigilancia, conexión directa con la policía, (que según nos cuentan, pensaba que no podían hacer nada frente a esta gente), e incluso abrir la puerta de tu casa con el móvil, (supongo que para abrir al vecino para que te riegue las plantas, o a tu hijo cuando viene con la cogorza y se le han olvidado las llaves). Me pregunto si quienes optan por el paquete completo llenan sus hogares de dispositivos de vigilancia, viviendo en una realidad propia del Gran Hermano, descrito en el libro "1984" de George Orwell. Personalmente, nada me parece más incómodo que tener cámaras en mi propia casa, y estoy convencido de que hay muchos que se pasan el día haciendo comprobaciones constantes a través del teléfono cuando están fuera de casa, mirando las cámaras como si fueran el Doctor Claw, enemigo del inspector Gadget.
Pocas cosas me generan tanto rechazo como este tipo de publicidad. No nos engañemos: el miedo y el marketing han ido de la mano desde siempre. Nos bombardean con mensajes que nos hacen creer que, sin el coche adecuado, jamás ligaremos, o que con granos en la cara, seremos eternamente feos. Y así continúa la lista. Nos venden productos que prometen el éxito y evitar el rechazo social, pero la realidad es que ninguna de las dos cosas depende de ciertas posesiones, aunque estas promesas sean irresistibles. Ahora, intentan recordarnos lo vulnerables que somos en nuestros propios hogares, los mismos que son casi inaccesibles para muchas personas, las que hace tiempo que perdieron toda esperanza de independizarse y vivir sus propias vidas.
Es curioso cómo hemos llegado a obsesionarnos tanto con la idea de que unos desconocidos nos roben la casa, pasando por alto quiénes realmente tienen el poder de arrebatárnosla. Mientras instalamos alarmas y cámaras, convencidos de que estamos siendo protegidos, olvidamos que aquellos a los que avisan para acudir en tu salvación en caso de ocupación, quizá un día sean los que llamen a tu puerta por orden del banco para ser tú el que abandone el domicilio si, por alguna razón, no llega el pago de la hipoteca a tiempo. Resulta paradójico. Nos encerramos en fortalezas del terror para mantener a raya a posibles intrusos, pero hemos entregado nuestra alma a quienes, bajo la apariencia de la legalidad, tienen el poder real de echarnos. Y así, mientras nos cegamos con la ilusión de estar a salvo, el verdadero monstruo de tres cabezas con gomina y corbata sigue su curso, más silencioso y mucho más devastador que cualquier cuento de brujas.
No, la okupación de casa habitada no existe. Creer eso es también parte del bulo. Si alguien entra en casa habitada (sea primera vivienda, segunda vivienda o incluso casa vacacional) es ALLANAMIENTO DE MORADA (no okupación) y se procederá con detención del individuo en el mismo momento. La Okupación SOLAMENTE puede darse en casa abandonada. Lo que sí es cierto es que la mayoría de estas son viviendas de banco o, en caso de ser de particulares, de grandes tenedores (porque la mayor parte de la gente corriente no tiene tantas viviendas como para permitirse tenerlas abandonadas)
ResponderEliminarCómo se nota que a ustedes no les han okupado su casa.Si tienes la desgracia de que alguien te revienta la cerradura y entra, ya puedes dar por seguro de que has perdido todo lo que tienes dentro.
ResponderEliminarSi tenías guardados ahí las escrituras y los documentos de identidad, tienes que sacar otros nuevos y para eso debes esperar y esperar mucho tiempo.El que okupen tu casa tal y como esta en España la ley es uno de los mayores calvarios que vas a sufrir en tu vida, no se lo deseo ni a mi mayor enemigo.
Los que okupan saben muy bien lo que hacen, y si te cambian la cerradura, ya lo tienes todo pedido.El que haya dos delitos con penas tan diferentes y que no hay un registro obligatorio de contratos de alquiler es lo que causa todos estos problemas, que cada uno cuenta de oídas, pero la realidad no se parece en nada.
ResponderEliminarLos señores okupas se presentan con un contrato falso de alquiler y la policía ya no puede hacer nada.Te tienes que esperar muchísimo tiempo, una eternidad, a que los identiquen, a que el juez compruebe todos los documentos, aunque sean legados de internet, y mientras te roban absolutamente todo y tu casa se convierte en un basurero, que da náuseas, no se pueden ni imaginar, esa es la pura realidad, ese es el bulo que afeccta al 0% y no debe alarmar a nadie.
Y si cuando los identifiquen tienen menores de edad, necesitan un informe de la asistencia social, y que se les de una solución habitacional.Pero para eso deben permitir que entren y hablar con ellos, y si no lo hacen se demora, más, y si fijan el desalojo y hay otras personas dentro, vuelves a empezar todo de nuevo.
ResponderEliminarTodo lo que tienes en tu casa lo has perdido para siempre, tus recuerdos, tus cosas, no las ves más, tú debes probar que esa gente esta ahí viviendo habitualmente, eso después de que llevaba ahí metidos 3 meses o 1 año.
Por eso los que hablan de bulos y de que no hay que alarmarse son los primeros que contratan servicios de seguridad, porque saben muy bien el desastre que tienes si consiguen entran en tu casa y te cambian la cerradura.Nadie te protege, nadie.
Cambian la ley de una vez, obliguen a registrar los alquileres para que los okupas no alquiler y estafen a gente que no sabe nada.Protejan de verdad a la gente honrada qu está pagando su hipoteca y se queda sin empleo, o a los que acaban su alquiler y les suben la renta lo que les da la gana, protejan a esas perdonas, y no metan en el mismo sacó a los delincuentes que revientan cerraduras y amenazan a los vecinos, que esos señores que hablan de que esto no pasa son los que mienten.
El okupa no va al Registro de la Propiedad a ver si la casa es de un banco o no lo es, si ve la oportunidad se mete donde sea sin preguntar nada a nadie.
Las casas nunca están vacías, están llenas de todo lo que es tuyo, tus recuerdos, las cosas de tus hijos, las de tu familia, que las vas a perder para siempre, que te van a robar tu intimidad y tu vida...dejandote sin nada.
Esto aunque afectara a 0000001% es demasiado grave.
Si tuviéramos unas buenas leyes, unas leyes que protegieran a la gente buena, honrada y trabajadora y no a los delincuentes que revientan cerraduras y amenazan de muerte a los vecinos, y destrozan todo, no habría " ningún negocio del miedo" porque no tendrías que esperar 3 años o más, y una tortura burocrático-judicial absurda para recuperar lo que es tuyo, y a unos delincuentes mafiosos que te roban tu vida, toda tu casa, tus recuerdos y tu intimidad más grande, nadie jamás los llamaría "vulnerables".
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